“Un latino escucha eso y dice ‘estos no hablan ni papa'”, dijo a AFP el estratega comunicacional cubanoamericano Giancarlo Sopo.
El atractivo del voto latino, al menos esta semana, marca la campaña electoral de Estados Unidos. Mientras los demócratas ensayan frases en español y visitan el refugio de niños inmigrantes en Florida, los republicanos su suman a la fiesta con el grupo “Latinos por Trump”.
Y la semana pasada, el presidente Donald Trump también puso un grano de arena al dar su primera entrevista a un canal hispano, Telemundo, diciendo que “ama” a los cubanos y que los venezolanos son “geniales”.
El miércoles, los precandidatos demócratas a las elecciones de 2020 sorprendieron a la audiencia nacional cuando, en su primer debate, sacaron del sombrero sus habilidades lingüísticas.
No era un gesto irrelevante en una ciudad, Miami, donde 7 de cada 10 personas son hispanas.
“Necesitamos incluir cada persona en el éxito de esta economía”, dijo Beto O’Rourke, en español, desatando una nueva generación de memes que muestran la mirada atónita que le dirigieron sus contendientes Cory Booker y Elizabeth Warren.
El comediante Steven Colbert no perdonó esta oportunidad en su programa nocturno. “O está intentando asegurarse el voto hispano, o está compitiendo al rol del papá más avergonzante en un restaurante mexicano”, dijo.
Desafiados, también Booker y Julián Castro dijeron frases en un rudimentario castellano.
“Un latino escucha eso y dice ‘estos no hablan ni papa'”, dijo a AFP el estratega comunicacional cubanoamericano Giancarlo Sopo.
“Pero eso no estaba dirigido a los hispanos”, prosiguió el analista. “Eso estaba dirigido a los votantes blancos liberales que votan en las primarias. Ellos lo verán y dirán ‘qué cool, habla español'”.
Con este truco, los precandidatos buscan convencer a los estadounidenses de que ellos son capaces de atraer el voto hispano.
En 2015, el Censo proyectó que para 2060 más de un cuarto de la población de Estados Unidos será hispana. Actualmente, esta población ya es la mayor “minoría” del país.
“El futuro de Estados Unidos está directamente vinculado al futuro de los latinos”, dijo César Conde, presidente de NBC y Telemundo, a la revista Politico.
“Cualquier candidato que llegue a la Casa Blanca, tendrá que hablarle a la comunidad latina”, añadió.
El problema es que los hispanos no votan en bloque y el discurso que puede atraer a unos, es capaz de ahuyentar a otros.
– “¡Hasta la victoria siempre!”-
Trump, por ejemplo, conquistó a cubanos y venezolanos, así como a los hispanos conservadores en general, con sus duras políticas contra los gobiernos de izquierda de la región.
Para asegurarse este grupo, el vicepresidente Mike Pence lanzó el martes en Miami la campaña “Latinos por Trump”, diciendo que los “empresarios latinos son la prueba viviente de que el sueño americano está de regreso”.
Entretanto, los demócratas cortejan el voto hispano a través del tema migratorio, mirando los intereses de los mexicanos y centroamericanos, que componen la mayoría de los latinos a nivel nacional.
Algunos prometieron el miércoles descriminalizar los cruces de frontera ilegales y han estado visitando a lo largo de la semana el refugio de niños inmigrantes de Homestead, al sur de Miami.
Pero los latinos de Florida son distintos, y Florida es un estado clave para ganar las elecciones.
Los cubanos y puertorriqueños que componen la mayoría de la población hispana de Florida no padecen las dificultades migratorias que viven los demás hispanoamericanos. Los cubanos gozaron de privilegios migratorios hasta 2016 y los puertorriqueños son estadounidenses.
Y las odiseas que viven los inmigrantes no necesariamente causan solidaridades automáticas entre los latinoamericanos conservadores.
Es el caso de Martín Bermúdez, un salvadoreño de 47 años que se manifestaba frente al teatro donde los demócratas debatían.
“Vinimos aquí por las oportunidades que nos da Estados Unidos, la libertad y la seguridad. Ahora los demócratas quieren traer el socialismo y es una gran falta de respeto de ellos venir aquí con todos estos socialistas cuando los pueblos cubano, venezolano y nicaragüense han sufrido mucho”, dijo a la AFP.
Los latinos suelen ser tradicionales, conservadores y religiosos, recordó Sopo.
“La ideología de la izquierda progresista es fundamentalmente incompatible con las normas culturales y los valores de los latinos”, explicó.
De hecho, un aspirante demócrata ya metió la pata, al menos en Florida: el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
El jueves, frente a una multitud que lo vitoreaba en el aeropuerto de Miami, el corazón del exilio cubano, citó en español la frase del revolucionario Che Guevara: “¡Hasta la victoria siempre!”.
La avalancha de críticas no tardó y debió disculparse. “No sabía que la frase que usé en Miami hoy estaba asociada al Che Guevara y no quise ofender a nadie”, tuiteó. “Me disculpo por no entender esta historia”.