El número dos del gobierno francés, François de Rugy, renunció este martes en medio de un escándalo de gastos fastuosos, entre ellos haber ofrecido cenas con langosta y champán, pagadas con dinero público.
“Los ataques y el linchamiento mediático contra mi familia me llevan hoy a dar un paso atrás”, explicó en un comunicado de Rugy, quien se desempeñaba como ministro de la Transición Ecológica.
“Los esfuerzos necesarios para defenderme hacen que no esté en condiciones de asumir serena y eficazmente (mi) misión”, añadió.
De Rugy fue sustituido desde la noche del martes por Elisabeth Borne, actual ministra de Transportes, cartera que conservará, aunque no tendrá el rango de número dos del gobierno, como su antecesor, anunció la presidencia francesa.
Su renuncia llegó 24 horas después de que el presidente Emmanuel Macron, de viaje en Belgrado, declarara haber pedido al primer ministro que “aportara toda la luz” sobre las acusaciones contra Rugy. “No tomo decisiones en base a revelaciones sino a hechos”, apuntó.
El escándalo que le costó su cargo se desató después de que el medio digital Mediapart revelara la semana pasada que De Rugy organizaba festines de lujo entre 2016 y 2017, cuando era presidente de la Asamblea Nacional, pagados con dinero público.
En cada una de estas veladas se servía langosta, champán y vinos excepcionales salidos de la bodega de la Asamblea a entre diez y treinta invitados, en su mayoría amigos y del círculo de relaciones de su esposa, Séverine de Rugy, periodista de la revista de celebridades Gala, escribió el medio de investigación.
Las imágenes que circularon en las redes sociales del ministro posando sonriente durante estas fastuosas cenas enfurecieron a muchos franceses, en un país inmerso desde hace siete meses en las protestas de los “chalecos amarillos”, un colectivo exasperado por la presión fiscal y la caída del nivel de vida de las clases más modestas.
“Mediapart me ataca en base a fotos robadas, chismes, aproximaciones, elementos exteriores a mi función”, alegó el ministro, que anunció haber presentado una denuncia por difamación contra el diario digital, que ha destapado en el pasado varios casos, incluyendo el de la financiación irregular de Nicolas Sarkozy en la campaña presidencial de 2007.
De Rugy, exmiembro del partido ecologista que se unió a las filas de Macron en 2017, se defendió explicando que esas “cenas informales” formaban parte de un “trabajo de representación” en el marco de sus funciones.
– Una avalancha de escándalos –
Pero las revelaciones no se detuvieron allí. Mediapart también reveló que el ministro realizó obras de renovación en su apartamento ministerial por 63.000 euros (unos 71.000 dólares), pagados con dinero público, y que se había beneficiado de un apartamento cerca de su ciudad natal de Nantes, en el oeste de Francia, que alquilaba a un precio preferencial.
La semana pasada, De Rugy también se vio obligado a despedir a su directora de gabinete, Nicole Klein, después de que se supiera que había conservado una vivienda subsidiada por el Estado en París entre 2006 y 2018, período en el que no vivía en la capital francesa.
Borne se convierte así en la tercera ministra de Ecología en dos años, tras la sorpresiva renuncia en agosto de 2018 del popular activista y periodista Nicolas Hulot, decepcionado ante la falta de avances en temas medioambientales.
El presidente Emmanuel Macron respeta la “decisión personal” de François de Rugy “para que pueda defenderse plena y libremente”, afirmó la presidencia francesa a la AFP.
Esta cartera ministerial fue la primera de este ambicioso político de 45 años, miembro del partido Europa Ecología Los Verdes (EELV) desde 1997.
En 2017, después de haber participado en las primarias organizadas por el Partido Socialista y sus aliados para las presidenciales, se pasó al “macronismo”, pese a que se había comprometido a apoyar al campeón socialista, Benoît Hamon.
“Prefiero la coherencia a la obediencia”, había justificado De Rugy, que fue tachado de “oportunista profesional” por la diputada de extrema izquierda Clémentine Autain. En junio de ese año, después del triunfo de Macron, fue elegido presidente de la Asamblea Nacional.