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Disney se equivocó: No debió ser ‘El rey león’

Disney se equivocó: No debió ser ‘El rey león’
Le película Rey León, se estreno este verano. FOTO NYT

La película tiene al jabalí flatulento que es el favorito de todos, elegantes jirafas, pesados elefantes y todo un elenco de personajes animales que parecen reales.

Ver a Simba y sus amigos tratar de recuperar el lugar que les corresponde en el reino podría hacerte pensar que El rey león de Disney es un retrato bastante fidedigno de lo que sucede en la sabana africana.

No obstante, no es un documental sobre la naturaleza. Los leones de verdad no reinan sobre otras criaturas y de ninguna manera buscan regresar a casa una vez que han abandonado la manada. De acuerdo con zoólogos y estudiosos de los leones, Disney se tomó muchas licencias creativas en lo que respecta a la conducta de los leones y su dinámica familiar.

Si la película fuera fiel a la vida de los grandes felinos, la rivalidad entre el padre de Simba, Mufasa, y su tío, Scar, no habría existido y el cachorro no habría sido obligado a escapar tan joven.

De hecho, Mufasa no habría dirigido a la manada en absoluto.

“Siempre es una matriarca la que dirige una manada de leones”, dijo Craig Saffoe, curador de grandes felinos en el Zoológico Nacional Smithsonian de Washington. Habría sido más probable que la madre de Simba, Sarabi, fuera la lideresa del grupo y la película habría sido más precisa si se hubiera llamado La reina leona.

Aunque los machos se ven mucho más grandes y agresivos, las hembras son más dominantes, comentó Saffoe. Ellas toman las decisiones importantes. Están a cargo de la mayor parte de la caza y la cría de los cachorros. También deben proteger su territorio de otras hembras intrusas y decidir cuándo dejarán entrar nuevos machos.

En una manada tradicional africana, hay entre tres y seis hembras adultas. A la mayoría de las hijas se les permite permanecer con la manada de su madre hasta su muerte, por lo que hay varias generaciones de hembras con lazos familiares entre sí, lo que hace que la sociedad leonesa sea bastante matriarcal.

Hay dos o tres machos adultos que también viven con las hembras. Por lo general son hermanos o compañeros de manada que han formado una coalición para ayudar a proteger a las hembras, pero solo pasan unos años con la manada (lo suficiente para procrear) antes de marcharse a buscar otra.

Así que, si Disney se hubiera apegado a la conducta habitual de los grandes felinos, Scar y Mufasa habrían convivido felizmente en su manada. “Habría sido muy poco probable que mostraran señales de agresión entre sí”, afirmó Saffoe. “Es posible que Mufasa hubiera sido el más dominante de la coalición, pero una de las hembras los habría dominado a ambos”.

No obstante, un aspecto de la vida familiar de los leones que Disney sí retrató con fidelidad es el cariño que Mufasa le prodiga a su hijo.

Cuando los machos adultos regresan de patrullar el territorio de la manada, al parecer disfrutan de relacionarse con sus cachorros: les dan lengüetazos, frotan sus cabezas y ronronean. “Es ridículamente tierno”, dijo Saffoe.

En una manada, cada leona tiene entre dos y cuatro cachorros que disfrutan la atención de su padre. En ocasiones, las leonas solo paren a un cachorro, el cual tendrá una relación como la de Simba y Mufasa.

No obstante, aun cuando haya más cachorros alrededor, los machos adultos tratan a todos los pequeños con la misma ternura. Eso se debe a que, cuando las hembras ovulan, producen muchos óvulos que podrían ser fertilizados por el mismo macho o por machos diferentes. “Los padres no pueden saber qué cachorros son suyos, así que simplemente deciden ‘ser amables con todos’, como si se tratase de una regla de oro”, afirmó Craig Packer, director del Centro de Investigación de Leones de la Universidad de Minnesota.

Para los cachorros machos, el cariño paternal dura hasta que cumplen 2 años, aproximadamente. Entonces los machos empiezan a entrar en la pubertad y la producción de testosterona comienza a amenazar a los adultos.

Si el Mufasa de Disney hubiera vivido hasta que Simba cumpliera los 2 años, habría expulsado a su propio hijo de la manada. Entonces Simba habría vagado por la sabana durante un año o dos hasta unirse a una nueva manada a los 5 años, aproximadamente.

En el Área de Conservación Transfronteriza Kavango-Zambezi, o Kaza, una gigantesca red de parques en cinco países africanos, los investigadores rara vez ven que los leones regresen con su manada materna una vez que estos se marchan. Así que no importa por qué razón se haya marchado Simba, y tampoco importa si las teorías de conspiración que afirman que Simba y Nala son parientes están en lo correcto, no es probable que este hubiera regresado con la manada y con su amor de la niñez.

“La dispersión de los machos es un mecanismo evolutivo para garantizar la permanencia de la diversidad genética entre leones”, comentó Kim Young-Overton, directora de Pathera en Kaza, una organización mundial para la conservación de los felinos salvajes.

En la naturaleza, los machos pueden alejarse fácilmente hasta 160 kilómetros de su manada materna para buscar un nuevo hogar. Si el alimento y el agua escasean, podrían alejarse aún más, explicó Young-Overton.

Los hábitats de los leones, sin embargo, se están fragmentando. Ahora el área donde vive la especie se ha reducido a únicamente el ocho por ciento de su zona histórica, que alguna vez incluyó casi todo el continente africano. Los lugares donde alguna vez vivieron los leones están siendo transformados por los humanos para la agricultura y la minería. En algunas zonas, el ganado ha comenzado a remplazar a las presas naturales de los leones, lo cual ha llevado a un conflicto entre humanos y leones; estos últimos han sido asesinados en venganza por comerse al valioso ganado. La caza ilegal y los cazadores de trofeos también han mermado la población.

Ahora hay menos de veinte mil leones en África y están en la lista de especies vulnerables a la extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la cual define el estatus de conservación de las especies. Los leones ya están extintos, o posiblemente extintos, en veintinueve países africanos.

“La población de leones ha disminuido aproximadamente un 50 por ciento desde la película anterior”, que se estrenó en 1994, afirmó Paul Funston, director sénior del programa de leones de Panthera.

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