Primero fue el escándalo de los cortes adulterados, luego la corrupción empujando al abismo a su empresa insignia y ahora el veto parcial de Estados Unidos: el estratégico sector de la carne brasileña vive un año de pesadilla que añade turbulencias a la tímida recuperación del gigante sudamericano
Cuando la alarma internacional desatada hace tres meses parecía ya enterrada, el último revés para el mayor exportador mundial de cortes bovinos y aviares llegó en la noche del jueves.
Estados Unidos anunció entonces que suspendía la importación de su carne vacuna fresca “a causa de recurrentes problemas sobre la seguridad sanitaria”, abriendo otra grave crisis en una de las industrias clave de la mayor economía de América Latina.
Desde que en marzo se incrementaron los controles tras el escándalo de los cortes en mal estado, Washington rechazó la entrada del 11% de este tipo de carne al presentar abscesos derivados de una reacción de la vacuna de fiebre aftosa.
“Brasil puede perder mucho si no consigue revertir esa decisión”, afirmó este viernes el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, tras anunciar que viajará en breve a Washington.
Aunque Estados Unidos apenas representó un 2,79% de las ventas hasta mayo de este tipo de carne brasileña -cuyo mayor comprador es China- se trata de un cliente clave.
“El mercado norteamericano es importante para nosotros no solo por los volúmenes exportados (…), sino también porque sirve de referencia a varios otros”, subrayó el secretario ejecutivo del Ministerio de Agricultura, Eumar Novacki, en conferencia de