Según medios de Costa Rica, la banda con cómplices en Migración cobraba hasta $45.000 a asiáticos para traerlos a ese país, y luego pasaban a Panamá.
La operación Cielo y Tierra, que cumple dos años de investigación y seguimientos, logró determinar que la banda era liderada por tres orientales desde un conocido restaurante y karaoke en Sabana Norte, San José.
Según la Fiscalía ellos responden a los apellidos Cen, Azofeifa Arce y Bon Bin.
De acuerdo con Wálter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de Costa Rica, las víctimas de esta banda tenían dos destinos posibles: quedarse en el país, o ser enviados a Panamá para luego ser llevados a Norteamérica.
“Estas tres personas tenían contactos que les permitían hacer llegar a nuestro país una importante cantidad de personas. Una vez en nuestro territorio, esas personas tenían dos destinos. Algunos se quedaban en Costa Rica y otros eran enviados a terceros lugares, esencialmente Estados Unidos y Canadá. Quienes permanecían en nuestro país eran ‘distribuidos’ en negocios comerciales, esencialmente abastecedores.
La policía capturó 29 personas, entre ellas, 10 funcionarios de Migración. También se allanaron la delegación policial de Santo Domingo y un restaurante chino ubicado en La Sabana.
El grupo fue desintegrado este martes en un enorme operativo desarrollado por el Organismo de Investigación Judicial y la Policía de Migración que concluyó con 40 sitios allanados y 29 personas aprehendidas, entre ellas tres orientales que dirigían la organización y 10 funcionarios de Migración. También se detuvo a un oficial de la Fuerza Pública.
Además contaban con apoyo de una empresa de asesoría jurídica que les ayudaba con los trámites legales.
Según explicaron las autoridades en conferencia de prensa, el grupo traía a los orientales vía aérea a países como Perú, Ecuador o Colombia y desde ahí se conectaban hasta Costa Rica. Algunos de los extranjeros se quedaban en nuestro territorio y otros eran enviados a Canadá o Estados Unidos.
En Costa Rica se ubicaban en abastecedores y otros comercios administrados por orientales que “compraban” a estas personas. Hasta el momento, hay 110 víctimas identificadas, incluidos tres menores de edad. Dos de estas víctimas fueron halladas durante uno de los allanamientos realizados en la frontera norte.
(Con información obtenida del Diario La Nación de Costa Rica)