Más de 50 de los 144 migrantes desembarcados el 25 de agosto, luego de permanecer bloqueados 10 días en el barco Diciotti, se marcharon de los centros de acogida sin dejar rastro, anunció el miércoles el ministro italiano de Interior, Matteo Salvini.
Estos migrantes “tenían tanta necesidad de protección, de un techo y de un cubierto que decidieron irse y desaparecer”, escribió en Facebook en tono de burla el ministro, líder de la extrema derecha italiana.
“Es la enésima confirmación de que todos los que llegan a Italia no son ‘esqueletos que huyen de la guerra y el hambre'” continuó. “¿Pero no se suponía que yo los había secuestrado?”, añadió en el mismo tono sarcástico.
Rescatados la madrugada del 16 de agosto por el Diciotti, estos migrantes quedaron bloqueados 10 días en este barco de los guardacostas italianos, ante el rechazo de Salvini.
Por este motivo, Salvini y su jefe de gabinete están siendo investigados por “secuestro de personas” y “abuso de poder”, en el marco de una investigación de la fiscalía de Agrigente (Sicilia).
El jefe de la extrema derecha italiana finalmente dio luz verde al desembarco de 29 menores ante la presión de la justicia, y después de los 144 adultos, tras un acuerdo con Irlanda, Albania y la Iglesia católica italiana, que se comprometieron a hacerse cargo de un centenar de personas.
Los migrantes acogidos por la Iglesia llegaron la semana pasada a un centro de acogida de Rocca di Papa, cerca de Roma, desde donde serían repartidos esta semana entre varias diócesis. Según la ley, los migrantes tienen libertad de movimiento en estos centros.