La OMS reúne al comité de emergencia acerca del nuevo coronavirus

La OMS reúne al comité de emergencia acerca del nuevo coronavirus
Un miembro del personal sanitario atiende a pacientes con coronavirus en la unidad de cuidados intensivos del hospital de La Paz, en Madrid. Foto/AFP.

El número de casos registrados en todo el mundo supera los 3,1 millones, según un balance elaborado por la AFP a partir de fuentes oficiales. En realidad son muchos más debido a la escasez de tests realizados.

 

La Organización Mundial de la Salud, que se halla bajo una lluvia de críticas, reúne este jueves por tercera vez al comité de emergencia para abordar el avance inexorable de la pandemia de coronavirus, que ha causado al menos 224.000 muertos.

Por el momento no hay vacuna ni tratamiento, aunque uno de los que se están ensayando, el remdesivir, muestra resultados incipientes prometedores: acelera la curación de los pacientes en un 31%, según los Institutos de Salud de Estados Unidos (NIH).

La OMS, una organización de la ONU, quiere “evaluar la evolución de la pandemia” después de haber sido muy atacada, entre otros por el presidente estadounidense Donald Trump, por no haber calibrado inmediatamente la gravedad.

El número de casos registrados en todo el mundo supera los 3,1 millones, según un balance elaborado por la AFP a partir de fuentes oficiales. En realidad son muchos más debido a la escasez de tests realizados.

Había 600 casos y 18 muertos en el mundo cuando, el 23 de enero, la OMS estimó que la enfermedad (aún no bautizada COVID-19) “todavía no era una emergencia sanitaria mundial”. El 30 de enero, cuando se declaró la emergencia, había casi 7.800 casos, pero sólo 80 detectados fuera de China, y 170 muertos, todos en territorio chino.

Han surgido muchas dudas sobre la fiabilidad de la información transmitida por China. Y el presidente Trump, que acusa a la OMS de confiar ciegamente en Pekín, anunció el 14 de abril que dejaba de financiarla.

La pandemia ha seguido propagándose. Sólo se libran los Estados insulares que han cerrado sus fronteras, la mayoría de ellos en Oceanía, y oficialmente los países con regímenes autoritarios conocidos por su opacidad, como Corea del Norte o Turkmenistán.

En todas partes, frente al virus, surge la misma pregunta: ¿qué se debe permitir?, ¿qué hay que prohibir?

– Estragos en la economía –

Chile, por ejemplo, tiene la intención de distribuir un carnet para pacientes curados de coronavirus. La idea era que permitiese la libre circulación, pero esto se descartó dada la incertidumbre sobre una posible recaída.

Para la OMS “no hay ninguna prueba actualmente de que las personas que se han recuperado del COVID-19 y que tengan anticuerpos estén protegidas contra una segunda infección”.

Al obligar a muchos países a confinar a la población para evitar una catástrofe sanitaria, la enfermedad (COVID-19) ha paralizado sectores económicos enteros y ha sumido en la miseria a familias que de la noche a la mañana se han quedado sin recursos.

“Estoy desempleado y no tengo con qué alimentar a mis tres hijos”, afirmó Mohamed Jalil, un manifestante libanés de 34 años que protestaba en la segunda ciudad del país, Trípoli.

En Brasil, el país latinoamericano más golpeado por el nuevo coronavirus, y cuyo presidente Jair Bolsonaro se opone a las medidas de cuarentena, centenares de personas se agolpaban frente a bancos públicos para intentar obtener el subsidio que el gobierno está repartiendo a los más vulnerables.

“Llegué a las 2 de la madrugada para ser uno de los primeros en la fila”, contó Alexandre Alves, un brasileño de 54 años que esperaba frente a uno de ellos en Rio de Janeiro.

En los países más ricos el freno de la actividad también dejará huellas profundas.

Estados Unidos anunció el final de diez años de crecimiento económico ininterrumpido, y espera lo peor en el segundo trimestre. Según los economistas, el PIB podría caer del 30 al 40% interanual, algo nunca visto incluso durante la Gran Depresión de los años 1930.

En Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo se alarmó por las imágenes de los metros llenos de personas sin techo.

– “Impedir lo peor” –

En Italia, el país con más muertos (casi 28.000) después de Estados Unidos, el primer ministro Giuseppe Conte hablará este jueves a las dos cámaras del Parlamento sobre las “iniciativas del gobierno para la reanudación de las actividades económicas”.

Fue el primer país, el 9 de marzo, en confirnar a toda la población, y el 21 en ordenar el cese de todas las actividades económicas “no esenciales”.

En Alemania, donde las medidas han sido menos drásticas, la canciller Angela Merkel se reunirá con los presidentes regionales para abordar el desconfinamiento.

Los dos países, y sus 17 socios de la eurozona, estarán muy pendientes del Banco Central Europeo, que se reúne para discutir nuevas medidas de apoyo a la economía a través del sistema financiero, en ausencia de una respuesta coordinada de los gobiernos.

Su papel es crucial para permitir que los Estados se endeuden en un momento en que los ingresos fiscales se desploman y el gasto aumenta.

“Hasta ahora las recompras de bonos del BCE impiden que suceda lo peor. Pero ¿por cuánto tiempo?”, se preguntó un diputado del partido de Merkel, Norbert Rattgen.

Lo que el mundo espera con impaciencia es un tratamiento eficaz. El gobierno estadounidense se muestra cauteloso pero optimista sobre el remdesivir, un antiviral experimental del laboratorio Gilead.

El doctor Anthony Fauci, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas que dirige el ensayo, habló de un “efecto claro, significativo y positivo a la hora de reducir el tiempo de recuperación”. Y considera “no adecuado” un estudio chino, con una muestra más pequeña e interrumpido prematuramente, que no encontró beneficios a ese tratamiento.

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