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Cierra el observatorio de Arecibo, el gran ojo hacia el cosmos

Cierra el observatorio de Arecibo, el gran ojo hacia el cosmos
Observatorio de Arecibo, Puerto Rico. Foto: Twitter/UCF

El radiotelescopio en Puerto Rico, icono de la curiosidad humana, está por colapsar y tiene que ser derribado.

El radiotelescopio de Arecibo, uno de los grandes iconos de la curiosidad humana, será derribado, anunció este jueves su propietaria, la National Science Foundation. Desde su ubicación en las montañas de Puerto Rico, el observatorio ha servido durante décadas como la vanguardia de la búsqueda de civilizaciones alienígenas y ha protegido al planeta contra asteroides fatales.

Con una antena de 300 metros de ancho ubicada en un valle hundido y una constelación de vigas y dispositivos electrónicos de 900 toneladas colgando en el aire sobre él, el telescopio fue durante mucho tiempo la antena individual más grande del mundo, un destino para los astrónomos y locación para películas de Hollywood como Contacto. Como el resto de la isla, ha sido azotada y dañada por huracanes en los últimos años y se encuentra bajo presión financiera, lo que genera dudas sobre el futuro del observatorio.

El problema comenzó el 10 de agosto, cuando un cable auxiliar se salió de su enchufe y cortó el plato de la antena que está debajo. La Universidad de Florida, que administra el observatorio para la National Science Foundation, contrató a tres grupos distintos de ingenieros para evaluar la situación.

El observatorio ya había ordenado un reemplazo y todavía trataba de averiguar qué había sucedido cuando, el 6 de noviembre, uno de los cables principales que sostienen la plataforma del receptor se rompió. Los dos cables que fallaron estaban conectados a la misma torre de soporte y Ralph Gaume, director de la división de astronomía de la National Science Foundation, dijo que los ingenieros del sitio creían que una rotura de cable más de esa torre haría que el telescopio entero colapsara.

Los ingenieros concluyeron que todos los cables eran sospechosos y que podrían no soportar las cargas para las que habían sido diseñados. Cualquier esfuerzo de reparación solo pondría en riesgo a los trabajadores y el resto del observatorio y probablemente no sería capaz de prevenir en algún momento futuro un “colapso catastrófico descontrolado”, en palabras de Gaume, quien habló el jueves en una conferencia de prensa telefónica.

El resultado, dijo, fue que el telescopio no se pudo reparar de manera segura. Gaume aplaudió al liderazgo del observatorio en su trabajo para determinar si el observatorio podía salvarse.

“Hasta que no recibimos estas evaluaciones, nuestra duda no era si el observatorio debía repararse sino de qué forma”, dijo. “Peroo al fina, la abundancia de información mostró que simplemente no podíamos hacerlo de manera segura”.

Kevin Ortiz Ceballos, estudiante de Física y aspirante a astrónomo en la Universidad de Puerto Rico, dijo por correo electrónico que su sueño siempre fue trabajar en Arecibo.

Ahora dijo que “se siente como si nos hubieran quitado la alfombra debajo nuestro y nuestros sueños de trabajar en la astronomía en Puerto Rico se han esfumado”.

El equipo de la NSF comentó que no sabían cuánto demoraría la desinstalación ni cuánto costaría. Algunas instalaciones del observatorio, dijeron, serían conservadas, entre ellas un centro de visitantes y un lídar, o radar láser, que se usa para explorar la atmósfera y la ionósfera.

La pérdida es devastadora para los astrónomos del mundo e internet se llenó de homenajes y pedidos para “construirlo de nuevo mejor”, en palabras de Denton Ebel, del Museo de Historia Natural de Nueva York. Muchas personas con conexiones a la isla y al observatorio compartieron sus recuerdos y reflexiones en una etiqueta en Twitter llamada “Lo que Arecibo significa para mí”, o, en inglés, #WhatAreciboMeansToMe.

Ed Rivera-Valentín, científico con base en Houston, dijo que la etiqueta mostraba que “el valor de Arecibo es mucho más profundo que la ciencia, es cultural”.

El lugar también era muy apreciado por los astrónomos visitantes que fueron allí a investigar.

Jill Tarter, quizás la principal buscadora de extraterrestres del mundo, ahora jubilada del Instituto SETI en Mountain View, California, se expresó con entusiasmo en un correo electrónico sobre “el constante croar de los coquís, los perfumes de la selva tropical”, así como del camino para correr debajo del plato rodeado de orquídeas y Orión elevándose sobre las copas de los árboles. Pero dijo que lo que más echaría de menos era “el personal y los científicos residentes que estaban muy unidos, nos ofrecieron un excelente apoyo técnico y organizaron fiestas maravillosas con mucho baile”.

Dan Wertheimer, de la Universidad de California, Berkeley, líder en la búsqueda de inteligencia extraterrestre, escribió en un correo electrónico: “Arecibo ha hecho descubrimientos profundos, ayudando a los terrícolas a comprender nuestro planeta y el universo”.

Añadió: “Espero que el Congreso pueda ayudar a los puertorriqueños de alguna otra manera”.

Construida en 1963, la instalación de Arecibo fue administrada originalmente por la Universidad de Cornell bajo contrato con el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, en parte por el deseo de comprender las propiedades de objetos como ojivas nucleares que caen por la atmósfera superior. Como resultado, fue construido para ser tanto un telescopio como un radar planetario y los astrónomos también utilizaron el observatorio para mapear asteroides peligrosos en su paso por la Tierra.

Durante años, el sitio albergó la antena de radio individual más grande del planeta, solo superada en 2016 por un nuevo telescopio en China que tiene un poco menos de 500 metros de diámetro.

Una de sus hazañas, en 1967, fue descubrir que el planeta Mercurio concluye su rotación en 59 días, no en 88, como habían pensado los astrónomos inicialmente.

Con el tiempo, el observatorio de Arecibo sirvió como el buque insignia de la búsqueda de inteligencia extraterrestre, o SETI, la búsqueda optimista de señales de radio de civilizaciones alienígenas.

Uno de sus directores fue el astrónomo Frank Drake, entonces en Cornell y ahora jubilado de la Universidad de California, Santa Cruz. Fue famoso por apuntar primero con un radiotelescopio a otra estrella en busca de indicios de alienígenas amistosos, luego por una ecuación, todavía en uso hoy, que intenta predecir cuántos de “ellos” hay.

El 16 de noviembre de 1974, Drake envió el equivalente a un mensaje de 20 billones de vatios hacia M13, una nube de unas 300.000 estrellas a unos 25.000 años luz de la Tierra, como parte de una celebración al mejorarse la antena.

El mensaje constaba de 1679 ceros y unos. Organizados en 73 filas y 23 columnas, los bits formaban imágenes de un hombre de palo, el radiotelescopio, una hélice de ADN, el sistema solar, los números del 1 al 10 y más.

Antes de que Drake lo enviara, probó el mensaje con sus colegas de Cornell, incluido Carl Sagan, el autor y proselitista de la búsqueda de vida en el cosmos. Ninguno de ellos pudo decodificarlo todo. Quizás E.T. sería más inteligente cuando la señal finalmente llegara a algún lugar, pero el verdadero objetivo de tales mensajes, siempre admitieron Drake y Sagan, era aumentar la conciencia de aquellos de nosotros aquí en la Tierra y la conciencia de nuestro propio estado como viajeros cósmicos en un universo desconocido y obviamente extraño.

En 1974, el mismo año en que se envió el primer mensaje SETI, los astrónomos Joseph Taylor y Russell Hulse, ambos ahora en Princeton, emplearon el telescopio de Arecibo telescope para descubrir un par de púlsares que se orbitaban la una a la otra.

Al cronometrar los púlsares durante varios años, los astrónomos determinaron que el sistema perdía energía al ritmo exacto que ocurriría si estuvieran radiando ondas gravitacionales, las ondas espacio-temporales que Einstein predijo pero que no se detectaron directamente sino hasta 2016, cuando las detectaron los observatorios de onda gravitacionales LIGO. En 1993, Taylor y Hulse ganaron el Nobel en Física por su observación.

En 1990, un astrónomo polaco, Aleksander Wolszczan, hizo otro descubrimiento histórico con Arecibo: PSR B1257+12, un púlsar con latidos irregulares. Investigaciones posteriores revelaron que el púlsar estaba orbitado por tres planetas, los primeros planetas que fueron descubiertos orbitando una estrella distinta al sol. Hoy en día se conocen cientos de estos exoplanetas, y su estudio es el campo de más rápido crecimiento en la astronomía.

El observatorio también ha cimentado un lugar en la cultura popular, con papeles protagónicos en películas como Contacto, protagonizada por Jodie Foster, la película de James Bond,Goldeneye y episodios del programa de televisión Los expedientes secretos X.

Pero el futuro de Arecibo se volvió precario. En 2007, la National Science Foundation, que ha dirigido el observatorio desde principios de la década de 1970 con un presupuesto cada vez más ajustado, dijo que el observatorio podría tener que cerrar si no se podía encontrar un socio para asumir parte de la carga financiera.

Desde 2016, ha sido administrado por la Universidad de Florida Central bajo un convenio de cooperación con la Universidad Ana G. Méndez y Yang Enterprises. El presupuesto anual es de aproximadamente 12 millones de dólares, incluidos fondos de la NASA y la National Science Foundation, según la Universidad de Florida Central.

Como dijo Tarter en su correo electrónico: “Es muy triste presenciar el fallecimiento de esta reina científica. Soportó poderosos huracanes, pero la edad parece haber ganado la partida”.

Dennis Overbye se incorporó al Times en 1998 y ha sido reportero desde 2001. Ha escrito dos libros: Lonely Hearts of the Cosmos: The Story of the Scientific Search for the Secret of the Universe y Einstein in Love: A Scientific Romance. @overbye

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