La actriz Beth Behrs tiene una nueva obsesión, el ajedrez, y la culpa es de “Gambito de dama”, la serie de Netflix. Su obsesión incluso la metió en problemas en el plató del programa de CBS “The Neighborhood”, donde interpreta a Gemma Johnson.
“Ayer me regañaron en el trabajo porque estaba escondiendo mi teléfono debajo de mi guion”, dijo. “Debería haber estado actuando en vez de estar jugando en Chess.com”.
Behrs no es la única que ha descubierto esa nueva pasión. “Gambito de dama”, que cuenta la historia de una problemática prodigio del ajedrez llamada Beth Harmon que transita por el mundo de los torneos dominado por hombres, es un éxito en Netflix (62 millones de hogares vieron al menos una parte de la serie, según el servicio de emisión en continuo). Eso ha despertado interés en el juego, incluso entre mujeres y niñas.
El sitio web en el que estaba jugando Behrs, Chess.com, ha agregado a más de 2,35 millones de jugadores desde el estreno de la serie a fines de octubre, según Nick Barton, director de desarrollo comercial del sitio. Las inscripciones de jugadoras han aumentado un 15 por ciento en comparación con la composición de usuarios que se unían al sitio antes de que comenzara la serie, señaló. La demanda por lecciones de ajedrez se ha disparado. Evan Rabin, fundador de Premier Chess, afirmó que las inscripciones para las clases virtuales de otoño habían aumentado un 50 por ciento y que muchas solicitudes eran de mujeres. Maxim Dlugy, un Gran Maestro Internacional que dirige la Chess Max Academy en Manhattan, dijo que la demanda por lecciones privadas se ha duplicado y que también está viendo una mayor cantidad de jugadoras.
Una de las nuevas estudiantes de la academia es Leyli Zohrenejad, quien forma parte de la junta directiva de varias organizaciones sin fines de lucro, como Pioneer Works en Red Hook, Brooklyn. Zohrenejad aprendió a mover las piezas cuando era joven, pero nunca se dedicó al juego hasta que se estrenó “Gambito de dama”.
“Básicamente me motivó a pasar de estos juegos causales en el teléfono a algo en realidad más significativo”, comentó Zohrenejad.
Zohrenejad toma hasta cuatro clases a la semana y comienza algunas mañanas resolviendo acertijos de ajedrez, mientras bebe un café.
“Me despierta el cerebro en la mañana”, dijo. “No creo que haya muchas cosas que pueda hacer por las mañanas que me den ese patrón de pensamiento”.
Svetlana Timofejeva, que vive en Atenas, comenzó hace pocas semanas a tomar clases de ajedrez con Anastasiya Karlovich, una Gran Maestra Internacional, después de haber visto un anuncio en una página de Facebook con una imagen de la protagonista de la serie, Beth. Timofejeva dijo que jugar al ajedrez le ha traído recuerdos de su padre, quien le enseñó a jugar cuando era joven y vivía en Letonia. Su padre jugaba con amigos en el parque, de manera similar a las escenas mostradas en el episodio final de la serie.
Bianca Mitchell, una joven de 15 años que vive en Albuquerque, Nuevo México, comenzó a jugar cuando estaba en primer grado, pero lo abandonó en séptimo grado, cuando se mudó a Rochester, Nueva York, por un año.
“Era la única chica que jugaba y me sentía muy incómoda”, comentó.
Incluso después de regresar a Nuevo México, no tuvo ganas de retomar el juego. Sin embargo, sus sentimientos cambiaron cuando vio “Gambito de dama”. Como aspirante a cineasta, Mitchell se transportó a ese mundo gracias a la cinematografía y al personaje de Beth. Mencionó que la serie logra que el ajedrez “se vea muy glamuroso y lujoso y que las mujeres se vean como estrellas de rock”. Ahora ella también quiere ser una Gran Maestra Internacional.
Incluso jugadoras de ajedrez establecidas se han sentido inspiradas por la serie. Rowan Field, de 12 años, y su hermana Lila, de 11, quienes viven en Nueva York (y que hicieron audición para el personaje de Beth, en su etapa infantil) son jugadoras de la división júnior con muy buena clasificación y han participado en competencias internacionales en Brasil, China, España y Chile.
Las hermanas dijeron que no podían identificarse con Beth porque es una huérfana adicta a las drogas, pero que su personaje “muestra que hay jugadoras de ajedrez que pueden ser extremadamente buenas”, dijo Rowan, mientras su hermana asentía con la cabeza durante una llamada de Zoom. Rowan señaló que esto rara vez se muestra en programas de televisión o películas.
Marisa Maisano, una niña de 13 años de Filadelfia, quien comenzó a jugar ajedrez en primer grado, siente que Beth es un gran modelo a seguir. “Ver cómo progresó con el tiempo, y ver lo asombrosa que fue esa progresión y cuánto éxito alcanzó, fue realmente una inspiración para mí”, dijo. Actualmente, un par de sus amigos que no jugaban ajedrez le han pedido que les enseñe.
La última vez que hubo una fiebre similar por el ajedrez fue en 1972, cuando el estadounidense Bobby Fischer derrotó al ruso Boris Spassky, para convertirse en el campeón mundial. Ese furor, que engendró una generación de entusiastas del ajedrez, se esfumó en gran parte porque Fischer se volvió cada vez más solitario e inestable, empezó a tener una retórica antisemita y luego renunció al título. Es demasiado pronto para saber cómo se desarrollará la ola actual de entusiasmo y si creará una generación de jugadoras inspiradas en Beth Harmon. Pero ya ha encontrado un lugar en la vida de algunas personas.
Behrs, la actriz, relató que aprender ajedrez había sido un deseo pendiente durante mucho tiempo porque a su esposo, el actor de “Mad Men” Michael Gladis, le apasiona. Gladis juega múltiples partidas en línea a diario. Cuando comenzaron su relación, hace 10 años, Behrs intentó aprender ajedrez, pero se sintió intimidada.
“Simplemente lo guardé y nunca me comprometí”, dijo.
“Gambito de dama” ha cambiado su actitud. Afirmó que se siente empoderada por la serie y que el ajedrez le resulta creativo y estimulante.
Ahora, una noche a la semana, Behrs y Gladis tienen una cita de ajedrez. Ponen un disco, encienden la chimenea y juegan una partida.