Más hombres están buscando máquinas de coser

Más hombres están buscando máquinas de coser
El diseñador de modas Norris Dánta Ford en Atlanta, el 6 de diciembre de 2020. (Peyton Fulford/The New York Times

El diseñador de moda Norris Dánta Ford creció en hogares temporales y acostumbraba usar prendas de manera ingeniosa para impresionar a sus futuros padres; elegía distintos atuendos para su hermana y para él con la finalidad de dar una mejor impresión y que vieran cuánto estilo tenían.

Al darse cuenta de la confianza que la ropa puede generar, Ford, de 34 años, decidió convertirse en estilista de vestuario y trabajó con celebridades como Prince y Matthew McConaughey, antes de darse cuenta del potencial creativo que tenía para elaborar sus propias prendas. Ahora es diseñador de patrones de prendas de vestir para hombres y maestro en línea de clases de costura en Atlanta, y está a la vanguardia de un movimiento nuevo y creciente de hombres a quienes les gusta coser.

Desde hace tiempo, los costureros han combatido la imagen anticuada de las amas de casa que suelen ser asociadas con su pasatiempo. Los esfuerzos creativos colectivos, que van de la colcha de retazos en memoria de las víctimas del sida al tejido de gorritos para gatos de las feministas, han llevado las manualidades hogareñas a la esfera política y pública. Y dado que ahora los amantes del “hágalo usted mismo” pueden mostrar sus creaciones en plataformas como Pinterest e Instagram, coser y otras manualidades están cobrando enorme popularidad.

La cuarentena aceleró esta tendencia y CNN informa que se ha dado un repunte considerable en las ventas de máquinas de coser (y no solo para fabricar cubrebocas). En lugar de los círculos tradicionales de manualidades, los fabricantes se están conectando en las redes sociales para construir una comunidad y promover la diversidad y la inclusión: #vintagestylenotvintagevalues (que se puede traducir como “estilo vintage, no valores vintage”) es una etiqueta popular, en la que los costureros de estilo retro rechazan la política y el racismo retrógrados que hacen distinciones de género.

Dentro de estos grupos se encuentra un número cada vez mayor de hombres que cosen prendas no solo para romper con los estereotipos de género tradicionales, sino que además abogan por la aceptación del cuerpo, la justicia racial y estilos de vida más sustentables.

Ford, quien tiene más de 37.000 seguidores en Instagram, se inició en la costura después de comenzar a salir con su ahora esposa, Mimi Goodwin (mejor conocida como Mimi G), una popular bloguera de la costura, que crea prendas eclécticas de un estilo retro casual, pero de oficina. Pronto se dio cuenta de la limitada oferta de patrones de costura para hombres: mientras que los patrones para mujer abarcan reproducciones vintage y las últimas tendencias de la pasarela, los patrones para hombres por lo general se limitan a una gama de siluetas clásicas y muchas, pero muchas, pijamas.

En colaboración con Simplicity, una importante empresa de patronaje, Ford bocetó y lanzó sus propios patrones con base en lo que pensó que a los chicos comunes les gustaría vestir. Goodwin y él también son propietarios de SewItAcademy, una escuela en línea para aprender a coser.

A pesar de ello, suele ser el único hombre en una tienda de manualidades. “Los accesorios de costura, las herramientas, casi todo es rosa y aniñado”, dijo Ford. “No es un entorno reconfortante para el chico promedio”. Así que creó el grupo de Facebook con la etiqueta #dopemensew (que puede traducirse como “los chicos geniales cosen”) que tiene alrededor de 200 miembros, para promover los logros de los cosedores. “Con las redes sociales, si un hombre ve a un tipo que cose y ve un traje elegante o una playera con estilo, lo primero que piensa es: ‘Vaya, está genial. ¿Dónde lo puedo comprar?’”, dijo. “Y luego echa otro vistazo y dice: ‘Ah, se la hizo él’. Oye, yo también puedo”.

El auge y la caída de la economía doméstica

Brad Schultz, de 35 años, maestro de primer grado de primaria en Gainesville, Florida, es un usuario habitual de la etiqueta y ha cosido prendas coloridas y a la moda para sí mismo desde hace más de una década. Aunque disfruta mostrarles sus creaciones a sus alumnos, Schultz no tiene amigos a los que también les guste coser. Recordó que sobresalió en una convención de costura llena de mujeres en Texas hace diez años. A últimas fechas, ha logrado conocer a otros costureros en línea.

“Es la misma sensación que cuando visitas una ciudad más grande, y te das cuenta de que hay más cosas allá afuera”, comentó Schultz. “No me siento tan limitado porque sé que Instagram abre esas puertas y me permite conectarme y compartir”.

Con frecuencia, adapta patrones de mujer a sus medidas porque suelen estar más a la moda, Schultz comentó que disfruta hacer prendas a la medida y que no se encuentran con facilidad en las líneas de ropa comercial.

“Por un lado, la capacidad de coser y crear el estilo que me guste, en la talla en que lo necesito, me da muchísima libertad”, escribió en un correo electrónico. “Cuando estoy trabajando en una prenda, no me siento tan limitado o afectado por los estilos que supuestamente son para un género específico”.

Las empresas de patronaje independientes están elaborando cada vez más patrones para hombres y unisex. En abril, Reese Cooper, diseñador de Los Ángeles, lanzó al mercado un paquete de 98 dólares para recrear su popular abrigo de estilo utilitario, que se agotó al poco tiempo. Cooper también ofrece parches y camisetas para teñir en casa.

Sin embargo, las empresas de costura se han tardado en comercializar productos para hombres. Ford piensa que tal vez hay hombres que cosen, pero que no comparten al mundo sus creaciones, debido a que continúa la percepción de que es “un trabajo de mujeres”.

CoseTok

Joe Ando-Hirsh, un costurero de Nueva York que no quiso revelar su edad porque también es actor, piensa que la desconexión entre el proceso técnico y la prenda final se ha acrecentado debido a la comercialización de la semana de la moda, en la que la atención se centra principalmente en documentar los desfiles y a las celebridades y no en lo que requiere elaborar la colección. Con TikTok, Ando-Hirsh trata de darle a la costura un potencial moderno.

Cuando llegó la pandemia, estaba planeando su colección de graduación en el Fashion Institute of Technology y organizando un internado de verano. Ando-Hirsh se mudó de Brooklyn a la casa de sus padres en Long Island, e instaló su taller en el garaje. Su novia Niamh Adkins, modelo, le sugirió crear un perfil de TikTok sobre costura. El 14 de marzo, compartió el proceso de coser una chaqueta roja con detalles de corazones para el cumpleaños de ella. Desde entonces, tiene más de 800.000 seguidores y también comenzó tutoriales en YouTube.

“Estoy feliz de que estos videos estén alentando a algunos chicos a incursionar en lo que quieren hacer”, comentó Ando-Hirsh, “porque hay tanta gente que comenta cosas como: ‘Caray, siempre pensé en dedicarme a la moda, pero decidí estudiar medicina y cómo me arrepiento’”.

Ando-Hirsh se siente inspirado en este momento por la mezcla de colores pastel de los entornos desérticos y el estilo masculino holgado de Wall Street de los años setenta, acepta pedidos personalizados y espera iniciar su propio negocio centrado en la moda unisex. Tiene la esperanza de atraer a las generaciones más jóvenes que son más fluidas con sus elecciones de vestuario y, en especial, a los hombres cada vez más dispuestos a tomar riesgos en la moda, experimentar con el color y con estilos más ceñidos al cuerpo.

“Todo eso está cambiando en este preciso instante. Creo que dejando de lado la pandemia, es un momento bastante bueno e interesante para ser diseñador porque hay más gente allá afuera abierta a lo que estás haciendo”, afirmó.

En meses recientes, costureros y otros creativos formaron Black Makers Matter (los Hacedores Negros Importan), una coalición que se propone transformar a la comunidad costurera. Sus miembros se han reunido con marcas de costura importantes para hablar de la falta de diversidad y dar realce a los creadores negros en sus páginas de redes sociales, entre ellos se encuentra Michael Gardner, de 36 años, un costurero de Filadelfia que desde hace seis años dedica su tiempo libre a elaborar prendas para su hija Ava y comparte sus creaciones en la página web y cuenta de Instagram Daddy Dressed Me by Michael Gardner.

Gardner cuenta que tuvo un padre ausente y que su hermana lo inspiró a comenzar a coser atuendos para Ava cuando tenía 3 años, por lo que empezó a transformar prendas de adultos para adaptarlas a su talla. Ahora Ava ayuda a seleccionar las telas y a estilizar las sesiones de fotos. Gardner comentó que coser se ha convertido en una manera de estrechar el vínculo entre ellos y le ayuda a Ava a tener confianza en sí misma, inclusive después de que fue acosada en la escuela. Dijo que los otros niños no le creyeron cuando les mencionó que su padre hacía su ropa y la peinaba.

“Digamos que es lo que ella ha visto, así que piensa que otros papás también lo hacen. Pero verla sentirse orgullosa de ello me hace sonreír de oreja a oreja”, comentó.

Hace poco, Gardner le cosió un traje azul de lentejuelas a Ava para que celebrara sus 9 años y todo un conjunto para que su familia lo usara en su fiesta de compromiso con su novia. A pesar de haber cosido ya más de 200 prendas para Ava, apenas está comenzando a coser ropa para él y aunque en un principio dedicaba sus redes sociales a su relación con Ava, con más frecuencia incluye su visión de costurero. Hace poco, Janome, una empresa que vende máquinas de coser, lo nombró embajador de marca.

Y a través de #dopemensew, ha podido conectarse con costureros principiantes, incluido uno que compró una máquina durante la cuarentena y acababa de coser su primera camisa. “Su mamá hasta me mandó un mensaje directo cuando vio la publicación en la que compartí su creación”, recordó Gardner, “y dijo algo así como: ‘Ese es mi hijo. Me siento tan orgullosa’”.

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