En realidad, ¿qué te puedes comprar con los bitcoines?

En realidad, ¿qué te puedes comprar con los bitcoines?
Pornografía, muebles para patio y pruebas caseras para el coronavirus forman parte del surtido de bienes y servicios que la gente compra con criptomonedas. Foto, Jonathan Djob NKondo/The New York Times.

Hay ciertas coincidencias entre la pornografía y las criptomonedas. Los hombres a menudo ocultan su consumo de pornografía; Bitcoin fue diseñada con base en la idea de que pudiera usarse de forma anónima.

En los últimos doce meses, el valor de una sola unidad de Bitcoin ha aumentado de menos de 10.000 dólares a más de 30.000. Las empresas como Square e IBM están usando la cadena de bloques, la tecnología detrás de la criptomoneda, para diseñar y mejorar los métodos de pagos digitales.

Sin embargo, ¿realmente qué te puedes comprar con bitcoines?

Resulta que un montón de cosas. Eso sí, no siempre será fácil.

“Bitcoin simplemente no es la moneda más eficiente hasta ahora”, opinó Henry Elder, director de gestión de patrimonios en Wave Financial, una firma de activos digitales con sede en Los Ángeles.

Por ejemplo, se pueden comprar productos con bitcoines en Amazon, usando otro servicio llamado Purse.

Se supone que Purse funciona de la siguiente manera: un cliente elige los artículos que quiere comprar en Amazon, luego copia las URL y regresa a Purse, donde se procesa la transacción por medio de tarjetas de regalo que el servicio adquirió de gente que quiere criptomonedas.

Purse les garantiza a sus clientes un descuento mínimo del cinco por ciento sobre los precios de lista en Amazon y agrega la opción de negociar para recibir hasta un 15 por ciento.

Intenté obtener un paquete de 20 mascarillas KN95, color negro, por 42,99 dólares con dinero que puse en una cartera de Bitcoin, pero, cuando llegó el momento de dar clic en “comprar”, el precio total —con comisiones— era de 47,47 dólares, y eso incluía el ocho por ciento de descuento que propuse pagar.

Como había recibido un mensaje en una ventana emergente de un representante de servicio al cliente de Purse llamado Eduardo, quien me escribió desde Buenos Aires, Argentina, para ofrecerme asistencia técnica, quise contactarlo y recibí un mensaje automatizado que decía que Eduardo “no estaba” y que el tiempo promedio de respuesta para resolver dudas era de un par de horas.

Todo el asunto me pareció como pedir algo en UberEats, salvo que al final del trámite ni siquiera hubo una bolsa de comida fría. En definitiva, no fue como comprar directamente por Amazon solo con un clic.

En 2014, Overstock se volvió uno de los primeros vendedores de comercio electrónico en aceptar pagos directos con bitcoines. Posteriormente, creó varios negocios relacionados con la cadena de bloques.

En una entrevista realizada la semana pasada, el director ejecutivo de la empresa, Jonathan Johnson, dejó claro que no hay una coincidencia evidente entre la venta de sofás en liquidación y el replanteamiento de las principales monedas del mundo. Bitcoin no es una fuente muy grande de ingreso para Overstock.

Durante los primeros tres trimestres de 2020, el sitio obtuvo ingresos por casi 2.000 millones de dólares, de acuerdo con sus informes de resultados. Un promedio de entre 30.000 y 50.000 dólares a la semana provino de criptomonedas, según Johnson. “Nuestro sector demográfico se inclina mucho hacia las mujeres, y los compradores de bitcoines suelen ser hombres”, comentó. “Es un segmento distinto de clientes”.

En esencia, al parecer, Bitcoin se convirtió en una opción de pago porque sus valores se alineaban con las tendencias libertarias tanto de Johnson como de Patrick Byrne, el fundador de Overstock.

Sin embargo, a veces, las oscilaciones descontroladas en el valor del bitcóin han creado complicaciones para Overstock, en específico cuando se trata de las ganancias. Aunque Johnson señaló que a la hora de hacer el pago la empresa siempre había sido clara en que el rembolso equivaldría al precio en dólares del artículo (y no a la cantidad de bitcoines gastados), la gente de todas maneras se había quejado, a veces por confusión, otras no.

“No íbamos a dejar que la gente usara sus sábanas como una cobertura contra una caída en el precio de los bitcoines”, comentó. “Nos dicen: ‘Compré mis muebles para patio por 0,1 bitcoines, ¿y ahora tan solo me reembolsas 0,08 bitcoines?’. Nuestra respuesta es sí”.

Una industria que ha sido una especie de pionera en la adopción del bitcóin es la pornográfica. Al igual que la del trabajo sexual.

Mindgeek, el conglomerado más grande de la industria, acepta criptomonedas en sus sitios. Sucede lo mismo con Chaturbate.

Hay ciertas coincidencias entre la pornografía y las criptomonedas. Los hombres a menudo ocultan su consumo de pornografía; Bitcoin fue diseñada con base en la idea de que pudiera usarse de forma anónima.

No hay ningún nombre vinculado de manera directa con el bitcóin que alguien posea. En cambio, el dueño de uno tiene una llave privada que permite la creación de una contraseña conocida tan solo por esta persona.

Los registros se mantienen por medio de un libro de contabilidad digital disponible para todo público, conocido como cadena de bloques, que es administrado por un ejército de voluntarios desde varios servidores. Se reajusta en tiempo real cuando ocurren transacciones entre diferentes propietarios de bitcoines.

Ese ejército de voluntarios no mediará disputas sobre productos, así que “no puedes echar atrás las transacciones con criptomonedas como se puede hacer con Visa y Mastercard”, comentó Lilly Sparks, una emprendedora de Austin, Texas, quien en 2.020 fundó Afterglow, un sitio pensado para unir la pornografía con el “bienestar sexual”.

Además, Sparks señaló que un sello distintivo del consumo de pornografía es que sus aficionados intentan no pagar por ella.

Tal vez de manera predecible, la falta de liderazgo en los bitcoines (y en otras formas de criptomonedas) ha generado cierto atractivo entre las personas que compran y venden contrabando.

En Discord, la aplicación de mensajería, contacté a un usuario que utiliza el seudónimo Perc, quien, en una entrevista telefónica, describió sus antecedentes de tráfico de drogas que compró gracias a Silk Road, un mercado de la red oscura que el FBI cerró en 2013.

Después de pagar a proveedores por medio de su cartera de Bitcoin, Perc comentó que los productos se guardaban en cosas como animales de peluche y se enviaban a un apartado de correo que él creó. No obstante, la creciente demanda de Bitcoin entre los inversionistas del mercado bursátil ha influido mucho en que se deprecien estas asociaciones, comentaron Perc y otros más.

Muchos inversionistas en la industria minorista compran bitcoines mediante empresas como Coinbase y Bitbay, las cuales operan como bolsas, pues procesan operaciones entre compradores y vendedores.

Como tal, los códigos que alguna vez fueron anónimos se están convirtiendo en todo lo contrario. Cada vez más minoristas están montando sistemas de pago que posibilitan las transacciones con bitcoines.

Entre los más grandes están Microsoft, AT&T y Home Depot. Además, las aplicaciones en las tiendas de Apple y Android hacen posible que los conocedores de criptomonedas compren boletos de avión convirtiendo el bitcóin a dinero fiduciario en tiempo real.

Si Bitcoin es la Coca-Cola de las criptomonedas, Ethereum es la Pepsi. Muchos minoristas tradicionales que están ingresando al mundo de las criptomonedas les dan la opción a sus clientes de usar cualquiera de las dos. (Craigslist tiene la opción para hacer transacciones con criptomonedas entre vendedores individuales).

Johnson, el director ejecutivo de Overstock, comentó que ahora, cuando va a la iglesia, responde preguntas de “abuelas de 75 años que quieren saber sobre Bitcoin”.

En junio, Mastercard anunció que iba a lanzar una tarjeta de débito basada en criptomonedas en sociedad con Bitpay que se podrá usar en más de 3.000 establecimientos a nivel mundial. En octubre, PayPal señaló que a los clientes de Estados Unidos les iba a dar la capacidad de comprar, vender o almacenar criptomonedas en sus plataformas. Más adelante este mismo año, esos clientes también podrán comprar con ellas.

En una entrevista, Dan Schulman, presidente y director ejecutivo de PayPal, comentó que considera esto como una oportunidad para darle una “funcionalidad gradual” a las criptomonedas y darles libertad a sus adeptos, incluso a quienes no pueden obtener un crédito.

Sin embargo, Schulman no está seguro de usar sus propios bitcoines (y tiene bastantes) para irse de compras.

Tal vez esto se deba a que muchas de las personas que han gastado bitcoines han vivido para lamentarlo.

El otrora traficante de Discord recordó que en 2013 había usado dos bitcoines para comprarse una patineta. “En ese entonces, no valían nada”, mencionó. “Como 100 dólares por moneda”.

Ahora, cada una vale más de 30.000 dólares.

 

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