La criptoempresa detrás del nuevo nombre del Staples Center de Los Ángeles

La criptoempresa detrás del nuevo nombre del Staples Center de Los Ángeles
Dolientes se reúnen para recordar a Kobe Bryant, la estrella retirada de los Lakers de Los Ángeles, afuera del Staples Center en Los Ángeles, el 26 de enero de 2020. Foto, Jenna Schoenefeld/The New York Times.

Este año, otra bolsa de criptomonedas, FTX, compró los derechos de denominación del estadio de local del equipo Miami Heat, una apuesta a que las criptodivisas ya son parte de la cultura dominante.

LOS ÁNGELES — Hace menos de cuatro años, Crypto.com era el blog personal de un profesor de Informática en la Universidad de Pensilvania.

Para finales de este año, el nombre engalanará uno de los recintos deportivos más legendarios de Estados Unidos, parte de un costoso bombardeo mercadotécnico de una empresa poco conocida que adquirió la dirección web y convirtió el sitio en un patio de juegos de criptodivisas.

La firma, fundada en 2016 como una empresa emergente llamada Monaco, es una bolsa de criptomonedas que también ofrece carteras digitales y tarjetas de débito respaldadas con monedas digitales. La firma tiene sus oficinas generales en Singapur, pero tiene sedes en Malta, el Reino Unido e Irlanda. Su director ejecutivo, quien también es el accionista mayoritario, había dirigido un sitio de transacciones diarias en el sureste de Asia que fracasó. La empresa es privada y no ha recaudado ningún financiamiento institucional.

Sin embargo, esta semana, Crypto.com, que se promocionó como “la plataforma de criptomonedas de más rápido crecimiento en el mundo”, anunció que había adquirido los derechos de denominación durante 20 años del Staples Center en Los Ángeles. El 25 de diciembre, el recinto será renombrado Crypto.com Arena. El acuerdo costó unos 700 millones de dólares, según dos personas con conocimiento de los detalles, una de las sumas más altas que se haya pagado en la historia por los derechos de denominación de un recinto deportivo.

La transacción enfatiza el gran éxito que ha tenido el mundo de las criptomonedas en el último año, en el que ha producido millonarios, ha engendrado un montón de nuevas expresiones de moda (web3, NFT, o token no fungible, y DAO, u organización autónoma descentralizada) y ha atraído inversiones de más de 20 millones de personas tan solo en Estados Unidos, según un estudio. El jueves, un grupo de entusiastas de las criptodivisas acumuló más de 40 millones de dólares para hacer una oferta por una rara copia original de la Constitución estadounidense.

Además, a medida que aumenta el interés en las criptodivisas —el precio del bitcóin ha saltado casi un 230 por ciento en los últimos doce meses a unos 60.000 dólares por moneda—, las empresas como Crypto.com están compitiendo por la atención del público en general.

“Es un símbolo de la popularidad que han adquirido las monedas digitales”, comentó Laura Shin, autora y anfitriona de un pódcast sobre criptodivisas, “Unchained”, que ha compartido publicidad de Crypto.com. “Todo este último año, han entrado al espacio muchas personas normales o ‘normies’, como las llama la gente del medio de las criptomonedas”.

Shin dijo que no le sorprendía el acuerdo por los derechos de denominación que hizo Crypto.com. “Esta es la historia de todas las personas del medio de las criptodivisas: empiezan con una pequeña cantidad de dinero y ahora son archimillonarios”, comentó.

En su versión original como Monaco, la empresa ofrecía tarjetas de débito marca Visa que podían recargarse por medio de criptomonedas. La empresa recaudó financiamiento acuñando su propia moneda digital y vendiéndola al público en 2017 como una oferta inicial de monedas, una forma de financiamiento colectivo similar a una oferta pública inicial. El balance de la empresa alcanzó casi 200 millones de dólares hasta mediados de 2018, le dijo en aquel entonces Kris Marszalek, el director ejecutivo, al blog TechCrunch.

Entonces, durante un desplome en los precios de las criptomonedas, Marszalek decidió cambiar el nombre de Monaco. Se puso en contacto con Matt Blaze, un profesor de Criptografía que en ese momento trabajaba para la Universidad de Pensilvania y había sido el dueño del nombre de dominio crypto.com durante 25 años. En ese tiempo, Blaze se había rehusado a desprenderse de la dirección web y había menospreciado en público la nueva fiebre del oro digital.

Sin embargo, en esta ocasión, Blaze no se pudo resistir. En una publicación de blog de 2018, escribió que le había “caído una lluvia cada vez más intensa de ofertas por el dominio crypto.com, muchas de las cuales sin duda no eran serias, pero, siendo sinceros, unas pocas llamaban la atención”. Blaze comentó que “no le hice caso a la mayoría, pero fui cayendo en cuenta de que ser el dueño del dominio cada vez tenía menos sentido para mí”.

Blaze, actualmente profesor en la Universidad de Georgetown, se rehusó a ofrecer comentarios. En una entrevista por Zoom desde una austera habitación blanca en Hong Kong, Marszalek también se negó a hablar sobre el precio que pagó por el nombre del dominio, pero mencionó un artículo del sitio tecnológico The Verge que sugería que la dirección podía valer millones de dólares.

En una entrevista, Marszalek, de 42 años, un emprendedor nacido en Polonia, comentó que Crypto.com y su empresa matriz, Foris Technology, tenían sus oficinas centrales en Singapur. La aplicación de Crypto.com, la cual le permite a la gente comprar y vender bitcoines, ether y otras 150 monedas digitales, gana dinero cobrando una tarifa en las transacciones. Marszalek mencionó que la empresa era rentable, pero no brindó cifras exactas.

“Al igual que con todos los negocios de criptomonedas, el mercado ha sido fenomenal este año”, opinó. Marszalek agregó que el ingreso de Crypto.com entre abril y junio fue más o menos una cuarta parte del de Coinbase, una de las principales bolsas de criptodivisas, la cual generó 2200 millones de dólares en ingresos en ese periodo.

Crypto.com es tan solo la novena bolsa de criptomonedas más grande según su volumen diario, según CoinMarketCap, un sitio que monitorea la comercialización y los precios de las criptodivisas. No obstante, el mercado alcista ha permitido que la empresa financie una impresionante iniciativa de mercadotecnia.

Todavía no se sabe bien si la empresa mantendrá el poder sobre los derechos de denominación durante los 20 años de su contrato. Este año, otra bolsa de criptomonedas, FTX, compró los derechos de denominación del estadio de local del equipo Miami Heat, una apuesta a que las criptodivisas ya son parte de la cultura dominante.

Sin embargo, la historia está plagada de acuerdos para renombrar estadios que han salido mal. En 1999, Enron, la empresa energética, consiguió los derechos de denominación del estadio de los Astros de Houston antes de colapsar dos años más tarde, por lo que tuvo que eliminar su nombre del recinto. En 2000, CMGI, una incubadora de empresas puntocom, obtuvo los derechos de denominación del nuevo estadio de fútbol americano de los Patriotas de Nueva Inglaterra en Foxborough, Massachusetts… pero cayó en desgracia poco después en la crisis de la burbuja puntocom.

A Staples, la cadena de tiendas proveedoras de insumos para oficina a la que Crypto.com está desplazando en Los Ángeles, no le ha ido mucho mejor. En 1997, firmó el acuerdo por el nombre del recinto con AEG, la empresa de entretenimiento en vivo y deportes que controla el multimillonario Philip F. Anschutz. Desde entonces, su actividad comercial se ha visto diezmada con la llegada de las compras en línea y en 2019 le vendió de regreso los derechos de denominación del Staples Center a AEG.

Dan Beckerman, director ejecutivo de AEG, señaló que no creía que Crypto.com fuera a recorrer el mismo camino que Staples.

“Creemos que es viable, a largo plazo, y estarán presentes mucho más tiempo que todos nosotros”, comentó.

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