El Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI) identificó este domingo al ciudadano británico Malik Faisal Akram como responsable de la toma de rehenes en una sinagoga en Texas, mientras la investigación del suceso se expandía al Reino Unido y a Israel.
Akram, de 44 años, falleció abatido a tiros la noche del sábado en la sinagoga de Colleyville (Texas), alrededor de diez horas después de que iniciara el secuestro en el lugar de culto, que concluyó con los cuatro rehenes liberados sin haber sufrido daños.
En un comunicado, la oficina del FBI en Dallas identificó a Akram y aseguró que por ahora “no hay ningún indicio de que estuvieran implicadas otras personas”, pero no dio detalles sobre los motivos que llevaron al sospechoso a secuestrar a quienes participaban este sábado en un servicio religioso en la sinagoga.
Poco antes del anuncio del FBI, el Gobierno del Reino Unido había asegurado en un comunicado que estaba “al tanto de la muerte de un ciudadano británico en Texas” y que estaba “en contacto con las autoridades locales”.
El congresista republicano Michael McCaul, que pertenece al comité de Exteriores de la Cámara Baja de EE.UU., dijo este domingo que el FBI había “expandido su investigación a Londres y Tel Aviv”.
“Esto se ha convertido en una investigación internacional”, aseguró McCaul a la cadena CNN.
El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró este domingo que no tenía detalles sobre los motivos que llevaron al sospechoso a actuar, y reveló que Akram “compró supuestamente en la calle” las armas que poseía.
“Esto fue un acto de terrorismo”, subrayó Biden en declaraciones a la prensa al llegar a Filadelfia, donde participó junto a la primera dama en un acto de voluntariado con motivo del festivo de Martin Luther King, que se celebra este lunes.
Biden aseguró que había hablado con el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, sobre la importancia de enviar el mensaje de que no se va a “tolerar” ese tipo de ataques en “las sinagogas y lugares de culto”.
En sus negociaciones con agentes del FBI, que duraron horas, el sospechoso pidió la liberación de la científica pakistaní Aafia Siddiqui, que cumple en Texas una condena de 86 años de prisión por haber tratado de matar a soldados y agentes estadounidenses mientras estaba detenida en Afganistán.
Aunque en esas conversaciones él aseguró ser el hermano de Siddiqui, la abogada de esa prisionera, Marwa Elbially, descartó más tarde que hubiera ningún lazo familiar entre ambos, y condenó los actos de Akram.
El agente especial del FBI a cargo de la operación, Matthew DeSarno, aseguró en una rueda de prensa la noche del sábado que la motivación de Akram parecía ser exclusivamente lograr la liberación de Sidiqqui, y que no parece que sus actos estuvieran “relacionados específicamente con la comunidad judía”.
Sin embargo, no descartó que la investigación pueda llevarles finalmente a otras conclusiones, y tanto Biden como la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, condenaron en sendos comunicados cualquier acto de “antisemitismo” en el país.
Uno de los cuatro rehenes era el rabino de la sinagoga de la congregación Beth Israel, Charlie Cytron-Walker, quien expresó este domingo en su cuenta de Facebook su “agradecimiento por estar vivo”.