En Semana Santa…

En Semana Santa…
Muchos se apersonan a los templos a orar, a acercarse aún más hacia el Señor y participan en las actividades religiosas de la Semana Mayor. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

En los templos y actividades predominan los colores:  morado, que simboliza sacrificio, penitencia, humildad y luto; rojo, caridad, sangre y el sacrificio del amor de Dios; y blanco y dorado, gloria, alegría y pureza.

Vivimos un tiempo importante de recogimiento y reflexión familiar por la Semana Santa, la cual inició con el Domingo de Ramos, el 2 de abril, que es la conmemoración del momento en que Jesús entró a Jerusalén y fue recibido y aclamado como Hijo de Dios.  Las personas agitaban palmas y aplaudían, mientras Él avanzaba lenta y humildemente sobre un asno, cautivando la mente y corazones de muchos.

El Lunes Santo se recuerda y conmemora la unción de Jesús en la casa de Lázaro. Allí, su hermana ungió sus pies con perfume y los secó con sus cabellos.

El Martes Santo Jesús adelantó a sus discípulos la traición que haría Judas Iscariote y las negaciones de Pedro.

El Miércoles Santo Judas Iscariote negoció con el sanedrín la entrega de Jesús por 30 monedas de plata.

Estamos próximos a los días considerados de mayor trascendencia.

Jueves Santo, en el que se celebra la Última Cena de Jesús de Nazaret para despedirse de los apóstoles y su oración en el Huerto de Getsemaní.

Viernes Santo, recuerdo de la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret, el Mesías.

Sábado Santo, día de duelo.

Domingo de Pascua, ¡la resurrección! Y vivirá por siempre.

En la Semana Santa se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Hay diversas tradiciones en todos los países. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

Estos momentos van desde el dolor de lo que sufrió Jesús por nuestros pecados, a la alegría por saberlo resucitado.

En estas fechas se llevan a cabo diferentes celebraciones solemnes en todo el mundo, entre las que se encuentran:  procesiones, visitas a los templos y representaciones de la Pasión de Cristo, como manifestación de la devoción.

En los templos y actividades predominan los colores:  morado, que simboliza sacrificio, penitencia, humildad y luto; rojo, caridad, sangre y el sacrificio del amor de Dios; y blanco y dorado, gloria, alegría y pureza.

La tradición y la familia, dada su importancia para transmitir la fe, y los fundamentos del amor y la humildad, son algunos de los valores que se destacan en estos días de marcada espiritualidad.

Las enseñanzas de los padres y abuelos, definitivamente, dejan una huella indeleble en la vida, y por lo general, han sido trascendentales en construir la fe.

Al respecto, Rosa, una mujer buena, sencilla, oriunda de Santa Fe, provincia de Veraguas, nos contó que en la región de donde proviene son muy creyentes. Recuerda que desde que era muy pequeña, su abuela le explicaba el significado de la Semana Santa, de forma muy especial, la crucifixión y resurrección de Jesucristo. De esa manera, le fue inculcado respetar esos días, guardar y mantenerse en la fe.

Diversas son las costumbres de la Semana Santa, entre las que se encuentran: ayunos, actos religiosos, mandas, obsequiar rosarios, medallas, estampas y otros recuerdos alusivos.  Es muy notoria en nuestras calles y avenidas la peregrinación de nacionales y extranjeros.

Algo característico es que se queman diferentes tipos de inciensos, esto, en muchas culturas y desde mucho tiempo atrás. Romero, mirra, palo santo, almizcle, alhucema, nardo y otros, son aromas que se sienten y propician un ambiente de misticismo. También realizan mezclas de ellos.

El empleo de inciensos es una costumbre en Semana Santa y hay variedad de ellos. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

Otra de las tradiciones es preparar postres y comidas típicas de este tiempo, que se caracterizan por la ausencia de la carne debido a la abstinencia de la cuaresma como gesto penitencial.

Así manifestó Rosa: “Mi abuelita me decía que en esos días no se podía comer carne, sino pescado y mariscos. Recuerdo que como complemento se degustaba dulce de marañón, se asaba pepita de marañón y se tomaba chicheme”.

La Semana Santa también tiene su gastronomía de acuerdo a las preparaciones e ingredientes de los diferentes países.  Entre lo que se acostumbra en Panamá, señalamos:

  • Pan Bon: Este simboliza el que utilizó Jesús en la última cena. Se elabora con leche, harina, huevo, frutas confitadas, pasas, melaza, canela, nuez moscada, jengibre y algunos otros ingredientes que le dan un olor y sabor inconfundible.
  • Cocada: Se prepara con coco rallado, raspadura o miel, corteza de naranja y rajas de canela.
  • Dulce de marañón: Se elabora con pulpa de marañones, raspadura o panela y agua. Las pepitas se aprovechan para asarlas y luego utilizarlas en diferentes postres.

Es usual que estas delicias se regalen entre la familia, vecinos y amistades.  Este compartir es muestra de amor entre hermanos.

En cuanto a las preparaciones saladas, podemos mencionar:

  • Guisado de Viernes Santo: Se trata de Bacalao, pescado o sardina con yuca, zapallo, otoe, ñame y plátano verde.
  • Pescado en diferentes estilos.
  • Bacalao en variadas formas de preparación y torrejitas con: harina, bacalao, cebolla, culantro, perejil, curry y ají picante.

Hemos visto que hay innumerables prácticas religiosas e iniciativas en estas fechas, pero lo importante es estar en la presencia de Dios a través de la oración y reflexión. Unirse a Él en el lugar donde nos encontremos, pero con el corazón.

En Semana Santa y siempre, el reconocer que Jesús se mantiene vivo para nosotros es nuestra verdadera fe.

El Domingo de Pascua se celebra con gozo la resurrección de Jesucristo. “Yo soy la resurrección y la vida…” (Juan 11:25). Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

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