Un compromiso con la integridad de los recursos es esencial para garantizar sus buenas condiciones
Aunque el 62.06% de los suelos panameños mantiene condición estable, en el resto del país, un 13.9% se ha degradado y sólo (20.05%) se encuentra en recuperación.
La fecha del 7 de julio se ha dedicado a conmemorar el Día de los Suelos y su importancia para los recursos naturales.
Este día en particular fue elegido en honor al científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, quien dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en su capacidad productiva o como él mismo dijo: «La tierra es nuestra base, porque todo lo que hacemos comienza y se mantiene con la productividad sostenida en la tierra agrícola».
El objetivo que perseguía Hammond y cuyo principal objetivo de este día, era concienciar a la gente de la importancia fundamental de la tierra dentro del frágil equilibrio ambiental.
En un mundo donde se habla continuamente del cambio climático, casi nadie se ha detenido a pensar en cómo la contaminación o la explotación excesiva de los suelos afecta la destrucción del medio ambiente, poniendo en riesgo la supervivencia de las especies.
En esta fecha que busca resaltar los beneficios de las operaciones adecuadas y el cuidado en el terreno para todos.
Un compromiso con la integridad de los recursos es esencial para garantizar sus buenas condiciones y su contribución al equilibrio ambiental futuro.
En este sentido, El Ministerio de Ambiente a través de los diversos proyectos que maneja, busca preservar y reunir los mecanismos necesarios en proteger este recurso vital para la vida y la biodiversidad tanto para las especies que conviven en él, así como también para los seres humanos en la producción de alimentos y en la regeneración de los bosques del país.
El Plan Nacional de Sequía, es uno de los proyectos busca unir los esfuerzos necesarios ante esta problemática.
Aprobada en 2020 con la finalidad de paliar los efectos específicos de la sequía y sus consecuencias en el país, ya que contiene las estrategias “a fin de contribuir al mejoramiento en la prevención, mitigación y adaptación por parte de las comunidades y los ecosistemas en el caso de un evento anómalo de sequía, mediante la promoción de creación de instrumentos políticos que fortalezcan la gestión frente a este evento”.
Joel Jaramillo jefe de conservación de suelos y presidente del CONALSED menciona los objetivos a realizar dentro de este plan nacional; entre ellos se encuentran:
1. Coordinación y planificación*: Establecer un marco de coordinación y planificación multiinstitucional para abordar la sequía en Panamá, que involucre a actores clave, como el Comité Nacional de Lucha contra la Sequía y Desertificación (CONALSED), y promover la cooperación entre diferentes niveles y jurisdicciones.
2. Reducción del riesgo y adaptación al cambio climático*: Integrar los principios de reducción del riesgo y adaptación al cambio climático en la gestión de la sequía, a través de la formulación de estrategias y planes de acción que protejan a la población, la producción, la infraestructura y el ambiente.
3. Sistema de Alerta Temprana (SAT)*: Desarrollar e implementar un Sistema de Alerta Temprana para la sequía, que permita el monitoreo y la detección temprana de los eventos de sequía y facilitar así la toma de decisiones informadas y oportunas para mitigar sus impactos.
4. Fortalecimiento de capacidades y resiliencia
Desarrollar un programa de fortalecimiento de capacidades y resiliencia ante la sequía, con el objetivo de reducir la brecha de conocimiento sobre los riesgos asociados a la sequía y promover medidas de adaptación en todos los niveles de la sociedad.
Sin embargo los efectos del actual cambio climático, han alterado el equilibrio del suelo, que desembocan en una degradación sin precedentes que, con cada día que pasa, se expande aún más y es necesario reunir los esfuerzos necesarios.
Jaramillo destaca, que en el caso específico de Panamá, el cambio climático también tiene impactos significativos en la conservación de suelos y el manejo sostenible de la tierra.
Algunos de los efectos del cambio climático en la conservación de suelos incluyen: Aumento de la erosión, Variabilidad en los patrones de lluvia, Incremento de la salinización y Degradación de los manglares.
El cuidado del suelo es esencial, ya que es crucial para el desarrollo de la vida vegetal y también influye en la producción de alimentos que llegan a nuestras mesas, a pesar de que solo se utiliza un 3% de la superficie terrestre para la producción de alimentos.
Una forma de proteger el suelo es la siembra de hierba y reforestación de árboles, arbustos y otros tipos de vegetación en las zonas descubiertas en jardines o huertos.
El follaje de las plantas absorbe el exceso de agua y protege la capa superior del suelo de la lluvia, el viento fuerte y el tráfico peatonal. Además, las raíces de las plantas ayudan a fijar el suelo una vez que se arraiguen, previniendo la erosión y la escorrentía del suelo subyacente. Estas son solo algunas de las acciones que podemos llevar a cabo en la protección y conservación del suelo, el recurso natural más valioso de nuestro planeta.
Nuestro país tiene un alto potencial para revertir estas pérdidas, promoviendo prácticas de restauración forestal que aumenten la prestación de servicios de los ecosistemas.