La apreciación de las molas ha trascendido muchas fronteras. Las obras de las mujeres gunas, verdaderas artistas, son admiradas a nivel mundial y deseadas por viajeros y coleccionistas. Su costo varía de acuerdo a la complejidad del diseño y calidad.
Las molas elaboradas por la etnia guna de la comarca indígena Guna Yala, de nuestro país, constituyen un arte textil reconocido.
El proceso minucioso para elaborar tapices con diseños geométricos de llamativos colores es de admirar, pues requiere mucha habilidad.
Forman parte de la cultura de ese pueblo, por lo que se observan en los vestidos tradicionales de las damas gunas, que constan de una blusa mola dentro de una falda enrollada en la cintura, un pañuelo en la cabeza y cuentas en las extremidades.
De igual forma, se utilizan molas en aplicaciones para muchos otros artículos nacionales como: bolsos, camisas, zapatos, manteles, etc.
La palabra “mola” significa “camisa o vestimenta en Dulegaya, el idioma nativo Guna”, señaló el sitio de Internet Casco Viejo.
De acuerdo a lo investigado, los diseños de las molas eran utilizados inicialmente en pinturas corporales y posteriormente a la colonización española, los implementaron en sus vestimentas.
Este trabajo realizado a mano con tela de algodón, hilos, aguja, navaja y tijeras, es una interesante y significativa forma de expresión. Representa, fundamentalmente, la vida y costumbres de esa región.
Se manifiestan sobre el medio ambiente, por lo que variedad de flores y animales son la inspiración de muchas de sus obras. También el mar, el sol y las estrellas, aparte de figuras abstractas. Entre los colores que más utilizan se encuentran: negro, rojo, naranja, amarillo y verde.
El método que utilizan se llama aplicación inversa, el cual es delicado y amerita tiempo y atención. En este se emplean recortes de telas de diferentes colores. Los diseños realizados en las cubiertas, dispuestas una encima de otra, se cortan para lograr formas que resaltan por la capa anterior. Los bordes se doblan y cosen con una puntada fina. Con esta compleja técnica se obtienen detalladas creaciones de vistosas y contrastantes líneas.
Las mujeres gunas se reúnen en grupos y pasan mucho tiempo juntas creando molas e intercambiando consejos de costuras para elaborar las prendas que producirán recursos.
El conocimiento de la elaboración de las molas es generacional. De acuerdo a la tradición, a las niñas desde muy pequeñas les gustaba observar a sus madres coser y aprender a realizar sus primeras puntadas hasta destacar en esta actividad ancestral en su comunidad.
Sin embargo, en la actualidad ha disminuido el interés de las jóvenes por seguir esta costumbre y continuar con las creaciones.
Posiblemente el avance haya generado nuevas oportunidades, actividades y preferencias en la juventud que merman su tiempo y disposición para prácticas que toman muchas horas al día, aunque formen parte de su identidad y cultura.
La apreciación de las molas ha trascendido muchas fronteras. Las obras de las mujeres gunas, verdaderas artistas, son admiradas a nivel mundial y deseadas por viajeros y coleccionistas. Su costo varía de acuerdo a la complejidad del diseño y calidad.
“El tapiz mola introdujo el arte mola en las Naciones Unidas”, señaló la página de Internet de la organización internacional. El 5 de octubre de 1993, el gobierno de Panamá le obsequió a dicha entidad un hermoso ejemplar.
Las molas se han convertido en una tendencia creativa, por lo que su estilo autóctono es utilizado por reconocidos diseñadores a nivel internacional. Son vistas en importantes revistas y lucidas en distinguidas pasarelas.
El 1 de diciembre de 2019 fue inaugurado en nuestro país un Museo de la Mola (MUMO), para contribuir a preservar la cultura guna, en especial, difundir este arte textil.
La comarca limita al norte con el Mar Caribe, al sur con la provincia de Darién y la comarca Emberá-Wounaan, al este con Colombia y al oeste con la provincia de Colón.