La conferencia ‘La nación y la emigración’, en la que el Gobierno cubano se cita en La Habana con varios cientos de emigrantes invitados, arranca este sábado mientras la crisis económica atiza el mayor éxodo nacional en décadas.
La cita tiene entre sus principales novedades el énfasis en promover que migrantes cubanos inviertan en el país, especialmente en el incipiente sector privado que están conformando pequeñas empresas de nueva creación. La mirada está puesta especialmente en los cubano-estadounidenses.
En una entrevista con la revista Temas, el director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior de Cuba, Ernesto Soberón, explicó que uno de los objetivos es “crear las vías para que los cubanos que quieran y lo deseen puedan contribuir al desarrollo económico del país”.
En términos generales, la conferencia se entiende desde el Gobierno cubano como un mecanismo para conducir el diálogo con los cubanos en el exterior y como un símbolo de la continuidad de este intercambio.
“Será una oportunidad para actualizar a nuestros compatriotas, de primera mano, sobre la realidad cubana y su participación en el desarrollo de la Patria”, escribió en redes sociales Soberón.
La iniciativa, que se prolonga hasta el domingo, comenzará con un discurso del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
En el encuentro van a participar unos 300 emigrados cubanos de distintas generaciones y residentes en 50 países. El Gobierno cubano mandó invitaciones a algunos de ellos; otros solicitaron acudir y fueron admitidos, explicaron los organizadores.
Díaz-Canel escribió en redes sociales que para este encuentro el país abría los “brazos a sus hijos residentes en el exterior”, pero con un matiz. “Siempre serán bienvenidos quienes respeten y defiendan el suelo que los vio nacer”, añadió.
La mayoría de los participantes cuyas identidades han trascendido son personas vinculadas a grupos de solidaridad con Cuba en el extranjero.
La primera edición de esta conferencia tuvo lugar en 1978 y la última se celebró hace 19 años. Su puesta en marcha supuso un cambio en el trato de La Habana con la comunidad cubana en el exterior, marcada por las diferencias políticas y el exilio desde el triunfo de la revolución en 1959.
Emigración y economía
Los debates, que no van a ser públicos, se han agrupado en cuatro paneles temáticos, entre los que sobresale el de desarrollo socio-económico e inversión, con el que se quiere promover la entrada de capital extranjero en el país.
La apuesta viene a complementar otras medidas tomadas por el Gobierno de Cuba en la misma dirección en los últimos meses, como el pabellón para emigrantes cubano en la Feria Internacional de La Habana, la mayor cita empresarial del país.
Los otros tres paneles temáticos de la conferencia son perspectivas de la relación del país con sus emigrados, sus comunicaciones con el país y la cultura como identidad, explicó la organización.
Cuba se encuentra sumida en una grave crisis económica y sin visos de remontar en el corto o medio plazo debido a la conjunción de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y las decisiones en política económica y monetaria nacional.
La escasez de productos básicos (alimentos, medicina y combustible), la inflación galopante, la dolarización parcial de la economía y los frecuentes apagones han llevado a muchos a plantearse la salida del país ante la incertidumbre y la falta de perspectivas.
En lo que va de año más de 57.000 cubanos han recibido el permiso ‘parole’ para ingresar legalmente en EE. UU., de los cientos de miles que lo han solicitado en los 11 meses que lleva en vigor este mecanismo migratorio.
Además, unos 110.000 cubanos fueron interceptados entrando de forma irregular a EE. UU. entre enero y septiembre de este año, según estadísticas oficiales.
En 2022, más de 313.000 cubanos llegaron por tierra a EE. UU. y varios miles llegaron por mar (y fueron en su mayoría devueltos). Otras decenas de miles de cubanos más marcharon a España, México y otros países de América Latina, principalmente.