Copeme indicó que es necesario recordar, que poner en peligro la continuidad de los aprendizajes supone un incremento de los fracasos escolares, que en si ya constituye una antesala al abandono escolar y agrava la desigualdad ya existente.
Tras considerar las consecuencias negativas que conlleva para la educación del país, continuar con la paralización de las clases en las escuelas oficiales, el Consejo Permanente Multisectorial para la Implementación del Compromiso Nacional por la Educación (Copeme), hizo un llamado al diálogo abierto a toda la comunidad educativa que posibilite dar continuidad al periodo escolar.
Copeme, en su reciente reunión extraordinaria, analizó que los estudiantes se han visto afectados por la prolongación de la paralización de las clases, al no poder recibir los contenidos y experiencias que les permitan aprender y culminar su año escolar con los requisitos académicos que corresponden a sus respectivos niveles de estudio, impidiéndoles desarrollar las competencias básicas necesarias, por lo que se declaró en estado de alerta hasta tanto pueda darse continuidad al proceso educativo.
Las pérdidas, producto de las interrupciones en el proceso de aprendizaje, son mayores a las que puedan medirse tomando como base el tiempo real, pues se estima que, por cada mes de tiempo de contacto real perdido, se pierden dos meses de aprendizajes en promedio, de acuerdo al Instituto de Estadísticas de la Unesco; mientras que el Banco Mundial señala que cada día de interrupción es equivalente a tres días de pérdida de aprendizajes.
Esto, sin duda, agrava aún más el rezago de los estudiantes a causa de la pandemia de COVID-19, principalmente en español y matemáticas, que son fundamentales, y que ha traído como resultado que muchos estudiantes estén por debajo de las competencias mínimas esperadas para el grado escolar en que se encuentran.
Es necesario recordar, que poner en peligro la continuidad de los aprendizajes supone un incremento de los fracasos escolares, que en si ya constituye una antesala al abandono escolar y agrava la desigualdad ya existente, además de exponer a situaciones de riesgo a los miles de estudiantes que supone no asistir a las escuelas, sobre todo en las áreas con mayor vulnerabilidad social, toda vez que los centros educativos constituyen un espacio donde los estudiantes reciben alimentos diarios, protección y otros servicios sociales. .
Por ello, Copeme reiteró su llamado a la continuidad de las clases y a que se garantice la seguridad a estudiantes y docentes para que puedan asistir a las escuelas sin inconvenientes, a fin de que pueda culminarse el calendario escolar 2023.
Además, Copeme considera que es importante abrir los espacios de diálogo para lograr alcanzar entre todos una pronta solución que facilite la continuidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, así como la búsqueda de estrategias para la recuperación del tiempo perdido, con la finalidad de reducir el impacto negativo que está viviendo el sector educativo considerando que la educación es clave para romper el círculo de pobreza, promover el desarrollo humano y la sostenibilidad económica del país.
Cabe destacar que el Compromiso Nacional por la Educación, acordado por consenso entre los principales sectores del país, establece como meta mayor: “Que Panamá cuente con un sistema educativo que garantice y promueva el ejercicio efectivo de acceder a una educación de calidad como derecho humano fundamental”, misma que no puede avanzar si primero no logran superarse los rezagos y darse continuidad a los procesos educativos.
Sin duda, esta situación de una u otra manera, nos aleja a todos como sectores interesados del propósito de reducir la brecha educativa, afectando el cumplimento del Compromiso Nacional por la Educación que propugna la inclusión y equidad en la educación panameña, ya que injustamente amplía mucho más las diferencias existentes entre la educación oficial y la particular.
En ese sentido, instamos a los docentes y centros escolares a recurrir, como lo ha manifestado el Ministerio de Educación, a las modalidades virtuales en aquellas áreas donde la conectividad así lo permite, aplicando la experiencia ganada durante la pandemia, al igual que otras estrategias como lo son: educación por módulos, por proyecto, acelerada, semi-presencial, acompañamiento en el hogar o tutorías, entre otras, para no continuar impactando negativamente a los estudiantes.