Ocho jefes de Estado, entre ellos el presidente paraguayo Santiago Peña, destacan entre las 51 delegaciones internacionales
El político taiwanés Lai Ching-te asumió este lunes el cargo de presidente de esta isla autónoma y democrática reivindicada por Pekín, que lo considera un “peligroso separatista” que llevará “guerra y declive” al territorio, informaron agencias de noticias internacionales.
China considera esta isla democrática como parte de su territorio y ha aumentado la presión política y militar sobre sus autoridades durante los ocho años de presidencia de Tsai Ing-wen, que han visto un fuerte deterioro de las relaciones entre Pekín y Taipéi.
Hasta ahora número dos de Tsai, el nuevo presidente de 64 años, ganador de las elecciones celebradas en enero, comparte con ella su firme defensa del modelo democrático de la isla. En el pasado llegó a describirse como “un trabajador pragmático por la independencia de Taiwán”.
En los últimos tiempos, Lai suavizó su retórica y ha abogado por mantener el status quo en el estrecho de Taiwán, es decir, preservar la soberanía del territorio que dispone de gobierno, moneda o ejército propio pero sin declarar formalmente la independencia.
La ceremonia de investidura tuvo lugar en el Palacio Presidencial de Taipéi. En este edificio de los tiempos coloniales japoneses, Lai y su vicepresidente Hsiao Bi-khim juraron sus cargos ante decenas de representantes extranjeros.
Lai y Hsiao, anteriormente el representante de Taiwán en Estados Unidos, militan en el Partido Democrático Progresista (DPP), firme defensor de la soberanía del territorio.
Ocho jefes de Estado, entre ellos el presidente paraguayo Santiago Peña, destacan entre las 51 delegaciones internacionales que acudieron para demostrar apoyo a la democracia de la isla.
Además, se prevé un vuelo en formación de las Fuerzas Áereas y la actuación de un millar de artistas de ópera y danzas tradicionales para celebrar la investidura del nuevo presidente.
Con solo 12 aliados, incluyendo al Vaticano, Taipéi carece de reconocimiento diplomático a nivel internacional. Pero la mayoría de sus 23 millones de habitantes consideran que tienen una identidad taiwanesa distinta a la china.