Descubrieron que en el 41% de los días registrados, los orangutanes durmieron al menos una siesta
Al igual que los humanos, los orangutanes recurren a la siesta para recuperarse de una mala noche de sueño, así lo confirma un nuevo estudio publicado en la revista científica Current Biology, que documenta cómo estos grandes simios utilizan el descanso diurno para restablecerse fisiológica y cognitivamente cuando no han dormido lo suficiente, informó la agencia EFE.
La investigación, realizada durante 14 años en la estación de monitoreo de Suaq Balimbing, en la selva tropical de Sumatra (Indonesia), observó el comportamiento de 53 orangutanes adultos.
En total, los científicos analizaron 455 días y noches de sueño y descubrieron que en el 41% de los días registrados, los orangutanes durmieron al menos una siesta, con una duración promedio de 76 minutos.
Cuando un orangután no duerme lo suficiente, hace lo que haría cualquier humano, se tumba y se echa una siesta”, explicó Alison Ashbury, primera autora del estudio.
Los orangutanes construyen nidos con ramas y hojas para dormir, tanto por la noche como para las siestas diurnas, los nidos diurnos son más simples, pero igual de seguros y cómodos.
Este comportamiento fue observado desde el suelo por el equipo de investigadores, que identificó los periodos de sueño nocturno por el silencio total en los árboles, y los de vigilia por el movimiento al amanecer.

Los datos revelaron que los orangutanes dormían casi 13 horas por la noche, sin embargo, este periodo se veía afectado por diversos factores como: Temperaturas frías, largos desplazamientos diarios y la cercanía de otros orangutanes.
Cuando el sueño nocturno era interrumpido o reducido, los orangutanes compensaban al día siguiente con siestas más largas, por cada hora menos de sueño durante la noche, las siestas aumentaban entre cinco y 10 minutos.
Los investigadores sugieren que la frecuencia y calidad de las siestas podrían estar relacionadas con la notable inteligencia de los orangutanes de Suaq, conocidos por su uso de herramientas y su complejidad cultural.
El estilo de vida semisolitario de esos orangutanes les permite encontrar espacios tranquilos para construir nuevos nidos durante el día, lo que facilita la adopción de este comportamiento restaurador.