Los resultados muestran que el 73,6% de los encuestados afirma tener poca o ninguna confianza en el presidente
A un año de haber asumido la presidencia, la confianza de los panameños en el presidente José Raúl Mulino se ha desplomado drásticamente, según revela la más reciente encuesta Vea Panamá, realizada por la firma Prodigious Consulting en alianza con el diario La Estrella.
La encuesta, aplicada entre el 22 y el 25 de junio del 2025 en ocho provincias del país —exceptuando Bocas del Toro y Darién— a una muestra de 1,512 personas, evidencia un profundo descontento ciudadano hacia el actual gobierno.
Con un margen de error de ±2,5%, los resultados muestran que el 73,6% de los encuestados afirma tener poca o ninguna confianza en el presidente Mulino, una cifra que representa una caída considerable respecto al 26,4% que confiaba en él tras sus primeros 100 días en el cargo, y hoy, solo el 7,8% expresa algún nivel de confianza en su liderazgo.

Además, el 81,5% considera que el gobierno no representa los intereses de la mayoría de los ciudadanos, un dato que refuerza la creciente percepción de desconexión entre la administración presidencial y las expectativas de la población.
Este clima de desconfianza ha afectado directamente el ánimo nacional, mientras que en julio del 2024 predominaba el optimismo en 66,6%, hoy el 58,7% de los panameños se declara pesimista o muy pesimista sobre el futuro del país, solo el 15,8% mantiene una visión optimista, lo que representa una caída de más de 50 puntos en menos de un año.
“La inversión del estado de ánimo colectivo refleja un quiebre profundo entre las promesas iniciales del gobierno y la realidad que perciben los ciudadanos”, señala el informe de Prodigious Consulting.
La estrategia de comunicación presidencial también ha sufrido un fuerte deterioro, la conferencia de prensa semanal del presidente, que al inicio de su mandato gozaba de una aprobación del 74,7%, ahora solo recibe una valoración positiva del 16,3%, una baja de más de 58 puntos porcentuales.
El resultado de esta medición plantea un desafío significativo para el presidente Mulino, quien deberá enfrentar no solo un entorno económico y social complejo, sino también la pérdida sostenida de respaldo ciudadano, a tan solo un año de iniciado su mandato.