Los chilenos están llamados a las urnas el próximo 4 de septiembre para decidir si desean aprobar la nueva Constitución o mantener la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformada parcialmente en democracia.
Un grupo de 200 líderes y figuras internacionales, entre ellos el intelectual estadounidense Noam Chomsky y el parlamentario británico Jeremy Corbyn, pidieron este jueves a los chilenos en una carta aprobar la nueva Constitución que se someterá a plebiscito en dos semanas.
La misiva, coordinada por la Internacional Progresista, está firmada también por el ex candidato presidencial francés Jean-Luc Mélenchon, la congresista estadounidense Rashida Tlaib, la escritora italo-americana Silvia Federici y diversos líderes de la izquierda española, como Lilith Verstrynge, secretaria de Estado para la Agenda 2030.
“Esta Constitución evidencia las salidas a las crisis que afligen a las sociedades de todo el mundo”, indicaron los firmantes, procedentes de más de 25 países.
En caso de aprobarse en el plebiscito del 4 de septiembre, agregaron, el nuevo texto “asentará al país sobre una base sólida de democracia igualitaria e inspirará a los pueblos de todo el mundo”.
En la carta hicieron un repaso a los aspectos que incluye la propuesta constitucional que en su opinión son los más significativos y destacaron que el texto “reconoce que la naturaleza tiene derechos”, “actúa frente a la desigualdad”, “responde al despojo indígena” y “se opone a la opresión de género”.
“Reconocemos las décadas de lucha que hicieron posible esta Constitución, desde la valiente resistencia a la dictadura de Pinochet y su junta militar hasta el levantamiento contra el presidente Sebastián Piñera y su ortodoxia neoliberal”, apuntaron, en referencia a la ola de protestas de 2019.
Los chilenos están llamados a las urnas el próximo 4 de septiembre para decidir si desean aprobar la nueva Constitución o mantener la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformada parcialmente en democracia.
La derecha y parte de la centro izquierda votará en contra al encontrar el nuevo texto “radical”, mientras que la izquierda hará campaña a favor del “Apruebo”, aunque se comprometió a alcanzar un gran pacto para reformar los aspectos más conflictivos.
La nueva norma declara a Chile un Estado social de derecho y consagra derechos como salud pública y universal, educación gratuita, mejores pensiones y acceso a la vivienda y al agua.
El derecho a la interrupción voluntaria de embarazo, el carácter plurinacional del Estado y la eliminación del Senado son algunos de los temas incluidos en el texto que generan más controversia.
Durante meses, los sondeos dieron por vencedora la opción de aprobar el nuevo texto, pero las principales encuestas señalan una mayor preferencia ciudadana hacia mantener la ley actual.