Los canales con grandes audiencias pueden obtener decenas de miles de dólares en ingresos publicitarios mensuales, mientras que es posible que los que no son populares no ganen nada.
Scott Mitchell se convenció de que YouTube lo volvería rico.
Mitchell, de 33 años, tuvo esa idea el año pasado después de ver videos que promovían cursos acerca de cómo crear canales generadores de efectivo, que a menudo se hacen a través de un proceso llamado automatización de YouTube.
Así que compró un curso, y luego otro y otro. También pagó servicios de asesoramiento. Mitchell gastó cerca de 15.000 dólares en su emprendimiento de YouTube y encontró obstáculos en cada etapa, cursos que le enseñaban poco, trabajadores independientes que se robaban contenido y tácticas de crecimiento de audiencias que lo metían en problemas con YouTube.
“He probado con tres cursos y un experto, pero lo único que logré fue vaciar mi bolsillo”, comentó Mitchell.
La automatización de YouTube ha derivado en una industria artesanal con influentes en línea que ofrecen tutoriales y oportunidades de conseguir dinero de manera rápida. Sin embargo, como ocurre con frecuencia con las promesas de fortunas generadas velozmente en negocios en línea, el proceso de automatización de YouTube puede ser una fosa económica para los aspirantes a emprendedores de internet y un magneto para los fantoches que venden servicios inútiles.
No es difícil encontrar un video que se ajuste al modelo de automatización de YouTube, aunque es difícil decir con certeza cuántos se han producido. Suelen tener un narrador invisible y un titular pegadizo. Comparten noticias, explican un tema u ofrecen una lista de los diez mejores, sobre celebridades o atletas. Suelen agregar material como videos y fotografías de otras fuentes. A veces, tienen problemas con los derechos de autor.
El término “automatización de YouTube” es un poco inapropiado. Por lo general, significa que el trabajo se realiza con trabajadores autónomos en lugar de depender en un proceso automatizado. No es una idea nueva, pero últimamente se ha vuelto más popular. La subcontratación permite gestionar varios canales sin tener que dedicar tiempo a la redacción de guiones, la grabación de narraciones o la edición de vídeos. Y el proceso se presenta a menudo como una forma infalible para ganar dinero. Para empezar, solo se necesita dinero: para cursos y productores de video.
Los cursos enseñan a la gente a encontrar temas para los videos que los espectadores ansían. Se les dice que contraten a trabajadores autónomos en mercados en línea como Fiverr y Upwork, donde los contratistas independientes se ofrecen para gestionar sus canales y producir videos que cuestan desde menos de 30 dólares hasta más de 100, según las tarifas de los autónomos. Y ahí es donde muchos tienen problemas.
Los canales con grandes audiencias pueden obtener decenas de miles de dólares en ingresos publicitarios mensuales, mientras que es posible que los que no son populares no ganen nada. YouTube comparte los ingresos por publicidad con el propietario de un canal cuando este consigue mil suscriptores y 4000 horas de audiencia. Los canales monetizados obtienen el 55 por ciento del dinero que generan sus videos, es decir, si consiguen llegar a ese nivel de interés. YouTube no quiso hacer comentarios sobre el proceso de automatización.
El verano pasado, Mitchell pagó 500 dólares por un curso titulado “Dominio y monetización de los canales” impartido por Matt Par, quien dijo que ganaba 30.000 dólares al mes en YouTube. Aseguró que los estudiantes con éxito habían ganado 20.000 dólares al mes.
El curso incluía videos sobre distintos aspectos de la automatización de YouTube, como la elección de los temas más lucrativos, la subcontratación del trabajo y el uso de palabras clave para que los videos sean más fáciles de encontrar en YouTube. Par también explicaba cómo funcionaban los algoritmos de YouTube.
No obstante, Mitchell señaló que el curso tenía lagunas: faltaba información sobre cómo hacer videos de alta calidad con buenos guiones. Él y otros estudiantes también se quejaron en un grupo privado de Facebook de que los contenidos del curso de Par estaban disponibles de forma gratuita en su página de YouTube.
“Básicamente está vendiendo sueños”, opinó Mitchell. Par no respondió a una solicitud para hacer comentarios.
Mitchell, que pidió a The New York Times que no revelara dónde vivía, comenzó su primer canal, Bounty Lux, sobre riqueza y celebridades, el pasado otoño. Le pagó 2000 dólares a un trabajador autónomo que encontró en Fiverr por veinte videos.
YouTube retiró uno de esos videos, sobre Dwayne Johnson, que incluía contenido robado de otro canal, lo que provocó una disputa con el trabajador autónomo. Bounty Lux no generaba dinero y tenía dificultades para conseguir espectadores, así que Mitchell lo abandonó.
Más tarde pagó 1500 dólares por un curso y gastó más de 3000 para aprender de un influente de Pivotal Media, Victor Catrina. Pagó otros 3000 dólares para que el equipo de Catrina hiciera los videos pero, según dice, las ideas y los guiones fueron tomados de otros canales.
Después que su trabajador autónomo desapareciera durante cinco días, Mitchell decidió dejar de invertir en el canal que no le producía rentabilidad. Catrina dijo que, si alguna vez descubría a alguno de sus equipos parafraseando guiones ajenos, lo sustituiría.
“No soy perfecto ni mucho menos, y el programa tampoco lo es”, afirmó Catrina. “Y he enviado de manera directa y con mucho gusto reembolsos a aquellos que, o bien tenían problemas económicos, o bien consideraban que el programa no estaba a su altura”.
Dave Nick, un creador serbio cuyo nombre real es Dejan Nikolic, ha promovido la automatización de YouTube desde 2019. Nikolic, de 20 años, aparece en cámara en tres canales, y dijo que tenía cuatro canales con narradores ocultos y doce en YouTube Shorts, un competidor de TikTok donde se muestran videos breves.
Nikolic dijo que había ganado 1,4 millones de dólares en 2021, incluyendo sus propios cursos y servicios, y que ya había acumulado un millón de dólares este año. La clave fue su curso que vende por 995 dólares, responsable del 70 por ciento de sus ingresos.
“No hay mucha gente que haya hecho más de un par de millones al año con la automatización de YouTube”, aseguró. Con los servicios de negocio en línea es “como se llega a las ocho cifras”.
Youri van Hofwegen, un creador holandés de 21 años que es conocido en internet como Youri Automation, dijo que algunas personas tienen expectativas poco realistas sobre la búsqueda del éxito en YouTube.
“Quieren pagar 200 dólares y ganar 20.000 dólares la semana que viene”, comentó.
“No hay ningún secreto ni estrategia mágica. Solo se trata de ponerse a trabajar”.
Mitchell sigue considerando un préstamo para comprar un canal de YouTube de 30.000 dólares.
“Es mi última estrategia”, explicó. “Solo necesito un poco más de tiempo”. Y es posible que Mitchell ofrezca un curso o un manual propio, cuando descubra qué es lo que debe enseñar.